¿Vale la
pena enseñar Matemática?
Preguntemos al azar a cuatro alumnos de
cuarto grado ¿Cuántas veces entra el número
25 en le número 100? Las respuestas nos
sorprenderán: uno dirá que tres veces, otro
dirá dos veces, otro dirá cuatro veces y
otro no podrá responder o responderá sin
mayor sentido. Ahora hagamos nuevamente esta
prueba y preguntemos a los mismos niños ¿qué
resultado obtengo si divido el número 100 en
cuatro partes? De los cuatro niños tal vez
uno trate de resolver el problema
mentalmente, los otros tres acudirán
rápidamente al algoritmo de la división para
obtener un resultado que no siempre será el
correcto.
Ahora convoquemos a los mismos chicos y
preguntemos ¿cuántos caramelos de 25
centavos puedo comprar con un peso? La
respuesta unánime será cuatro. Formulemos
una nueva pregunta. Tengo un peso para
repartir entre cuatro chicos ¿Cuánto
corresponderá a cada uno? La respuesta será
nuevamente satisfactoria, 25 centavos a cada
uno.
Ahora veamos a un albañil analfabeto,
preguntémosle cuántas baldosas se necesitan
para cubrir un patio. El albañil nos
responderá con toda precisión. Hagamos la
misma pregunta a un alumno de séptimo grado
o de escuela secundaria, la respuesta en
muchos casos será incorrecta.
A esta altura de nuestras observaciones cabe
preguntar ¿Cuál es el sentido de la
enseñanza de la matemática si aquellos que
no la aprenden la dominan mejor que aquellos
a los que se les enseña? ¿Para qué sirve
enseñar largos ejercicios de cálculo
algebraico, con paréntesis, corchetes,
llaves, potenciación, radicación, etc. si
jamás los utilizarán en la vida?
Dicho esto cualquier lector podrá pensar que
desestimo la enseñanza del a matemática,
nada más equivocado, la enseñanza de la
matemática es importante si previamente
desentrañamos el por qué de la enseñanza.
Veamos que ocurre con la enseñanza de la
Lengua. A nadie se le ocurre enseñar a un
niño a hablar, el niño aprende sólo el
idioma más difícil del mundo, siempre y
cuando haya nacido en el lugar en el cual
dicho idioma se habla. ¿Qué es lo que se le
enseña al niño? Se le enseña la
representación gráfica de las palabras que
por sí mismo habla, es decir enseñar la
lengua implica saber leer y escribir, es
decir trasladar al lenguaje escrito las
palabras. En matemática ocurre otro tanto;
enseñar matemática implica que el niño pueda
escribir 0.25 sabiendo que se trata de una
moneda de veinticinco centavos y que 0.25 es
igual a 1/4, que escriba 0.80 centavos
sabiendo que es menos que un peso etc.
¿Cuántas veces al preguntar a un niño si
0.80 es menos o mayor que 1 nos contesta que
es mayor porque visualiza el número 8 como
mayor ene. Número 1?
¿Tiene sentido no promover a un alumno
cuando tiene dificultades en graficar el
conocimiento matemático toda vez que los
grafismos matemáticos los adquirirá
indefectiblemente con el transcurso de sui
evolución intelectual? ¿Tiene sentido
desaprobar a un alumno que no domina los
algoritmos de las operaciones en la era de
la calculadora? Tal vez lo más importante de
la enseñanza en el primer ciclo de la
enseñanza primaria sea la vilipendiada
memorización de las tablas de multiplicar,
conocimiento que le resultará útil a través
de toda su vida.
Lo dicho anteriormente está orientado a la
enseñanza en los primeros grados ¿Qué ocurre
en los grados superiores de la enseñanza
primaria y en la secundaria?
Aquí nos encontramos con un nivel de
evolución intelectual que paulatinamente le
va a ir permitiendo al alumno llegara un
mayor grado de abstracción, es entonces
donde la matemática pasa a ser como en la
antigua Grecia una parte de la lógica. El
alumno debe aprender a razonar y a resolver
ejercicios por la simple razón de
resolverlos sin necesidad que dicha
resolución tenga un fin práctico y sí un fin
lúdico; debe resolver teoremas para ir
comprendiendo la estructura misma del mundo
del a geometría. Ver al microscopio un
cristal nos acerca al mundo de los cuerpos
geométricos que pasan de ser de ese modo una
realidad creada sin la intervención del
hombre. A partir del conocimiento matemático
nos insertamos en las profundidades de la
física, la química, de la medicina y de
tantas otras disciplinas científicas y vamos
descubriendo el mundo de la creación.
¿Vale la pena, entonces, enseñar Matemática?
Sin ninguna duda que sí, pero sabiendo para
que la estamos enseñando.
Prof.
Héctor Alberto Robles
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