Todos los años, el 2 de
abril, el IBBY (International Board Book Young People), celebra
"El Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil" para
conmemorar el nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen.
Cada año es un país miembro de dicha organización el encargado de
realizar el cartel anunciador y el mensaje dirigido a todos los
niños.
El que tenga SU día
viene a recordarnos que aún hoy la Literatura Infantil y Juvenil,
necesita tener una fecha, al año, para que se la recuerde y para que
alguien ponga sobre el tapete los problemas que la acompañan.
¿Cuáles son las principales quejas de los especialistas?
Tomo algunas de las
conclusiones a las que se arribó en el I Encuentro "Literatura
Infantil y Universidad", realizado en Cuenca, España, en el año
2002: Entre las recomendaciones de carácter general, se acordó por
ejemplo:
·
Crear un
discurso único para la Literatura Infantil en el que no debería
cuestionarse que la Literatura Infantil es Literatura
·
Reformular las orientaciones de la crítica en la Literatura
Infantil, abogando por una crítica dirigida al mediador, de manera
que éste pueda actuar con coherencia a la hora de recomendar o
seleccionar obras.
·
Fomentar
el desarrollo de la lectura desde la escritura.
·
Hacer de
la Literatura Infantil un eje transversal en las enseñanzas.
·
Etc.,
etc.
Y en particular para
las universidades españolas se recomendó:
·
Incluir
la LIJ como asignatura troncal u obligatoria en los planes de
estudio de todas las especialidades de magisterio.
·
Impartir
docencia de Literatura Infantil en otras carreras, como Filología
Hispánica, Biblioteconomía y Filología Moderna.
·
Dotar más
cátedras y titularidades con perfiles específicos de Literatura
Infantil.
·
Incluir
la LIJ y la Promoción de la Lectura en programas nacionales y en
programas europeos de investigación.
·
Etc.,
etc.
Las dos listas de
conclusiones y recomendaciones es mucho más extensa, pero extraje
unas pocas como botones de la muestra: nosotros nos parecemos
bastante, tenemos el mismo diagnóstico, adolecemos de la misma
endemia, pero que yo sepa no estamos trabajando en el país desde el
Estado para revertir la cuestión.
Y en la Argentina la
Literatura Infantil goza de una casi perfecta invisibilidad. En muy
pocos, en contadísimos diarios y revistas aparece alguna columna o
algún solitario suplemento. Hago la salvedad: hablo de Literatura,
porque no cualquier actividad escrituraria ni cualquier "patch work"
en colores lo es.
Para la gran mayoría,
la Literatura Infantil sigue siendo "literatura bonsái", "el
pariente pobre" que se arrima a las letras, sin vislumbrar que es
simplemente, literatura a secas. |