Brujas!!!
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Es difícil al imaginar una bruja alejarnos del modelo de una vieja vestida de negro, con nariz puntiaguda, verrugas en la cara de las que brotan pelos, escasos dientes, dedos largos y flacos de los que salen afiladas uñas, con un sombrero de pico y montada sobre una escoba. La sola mención de su nombre nos hace fantasear con hechizos cocidos en enormes calderos de los que se escapan ojos de rana, uñas de lagarto y alas de murciélago. También podemos verlas las noches de luna llena, paseando en escoba junto a su inseparable y eterno compañero, el gato negro. Las brujas constituyen un elemento muy importante de la cultura popular. En la época medieval se llamaba bruja a una persona, generalmente mujer (aunque podía ser un hombre o un niño) que había establecido un pacto con el diablo por el cual se veía obligada a asistirlo y servirle a cambio de un conjunto de poderes o hechizos que le permitían hacer daño. Generalmente, vivían en pueblos o pequeñas aldeas y eran consultadas por los lugareños para hacer daño a otras personas. Todas las culturas hacen referencia a estos personajes. El Precedente más antiguo que encontramos aparece en la antigua Grecia. Allí descubrimos a Hécate, diosa infernal de la brujería y de la magia a quien se le atribuye la invención de la hechicería y la conexión con el mundo de las sombras. Se aparecía a magos y a brujas con una antorcha en la mano o en forma de distintos animales (yegua, perra, loba, etc.). Atormenta a los humanos recorriendo el mundo por las noches con una jauría de perros infernales. Preside las encrucijadas, lugares por excelencia de la magia, donde se levanta su estatua, en forma de una mujer de triple cuerpo o tricéfala. De hecho, es una diosa triple, llamada Luna o Selene en el cielo, Diana o Delia en la tierra y Proserpina o Hécate en los infiernos. Otro famoso personaje es Circe, que habita en la Odisea y en las leyendas de los Argonautas. Cuando Ulises desembarca con sus compañeros en su isla, la maga convierte algunos de ellos en cerdos y tienta a Ulises para que beba su poción mágica. El héroe consigue escapar del encantamiento gracias a una planta mágica y sus compañeros recuperan la forma humana. En Roma, el prototipo de la hechicera es Medea quien tenía la misión de inmolar a todos los extranjeros que desembarcaran en Cólquide. Pero al ver a Jasón se enamoró de él y lo ayudó a capturar el vellocino de oro. Se le atribuyen muchos crímenes (su hermano, sus propios hijos, etc.).
Durante el siglo XII se creía en congresos de brujas en los que se declaraba la matanza de niños. Su gran expansión particularmente por Alemania, Francia, Italia y España se producen entre el siglo XIII al XVII. A partir del Siglo XV comienzan las grandes persecuciones y matanzas. Hay quienes sostienen que de la mano de los conquistadores, las brujas llegaron a América, sin embargo, las civilizaciones americanas, contaban con la “machi”, una anciana misteriosa que cocía brebajes sanadores.
De la mano de la cultura oral, las bruxas, meigas, machis, hechiceras, adivinas, encantadoras, nigromantes, chamanes, pitonisas, etc. hacen su ingreso a la Literatura a través de los denominados Cuentos Clásicos. Las brujas y hechiceros difieren en las distintas culturas e incluso varían de unas leyendas a otras dentro de una misma tradición, sin embargo, tienen en común conocimientos, intuición, poderes mágicos y don de profecía, qué o eran de origen sobrenatural o habían sido adquirido mediante un pacto con el diablo sellado con sangre. Podían cambiar su apariencia física y transformar a quienes las ofendían. Y como uno de los principales objetivos de la Literatura Infantil es el fomento de la fantasía y de la capacidad de imaginación de los niños, a pesar de su origen ancestral, las brujas siguen siendo protagonistas en este territorio.
“En la palma de una bruja que en una escoba volaba iba sentada otra bruja con una bruja trepada. Y esta bruja con sus uñas se aferraba de la capa de una bruja negro noche que de otra bruja colgaba”
Texto perteneciente a “Brujas chinas” aparecido en el libro “Brujas Sueltas” de Cecilia Pisos, Ed. Sudamericana
“… Las Brujas de verdad visten ropa normal y tienen un aspecto muy parecido al de las mujeres normales. Viven en casas normales y hacen trabajos normales…” Texto perteneciente a “Las Brujas” de Roald Dahl. Ed. Alfaguara
Hurgando en la biblioteca encontramos muchas brujas, que con el paso del tiempo han sufrido cambios apreciables en su caracterización: las hay encantadoras, divertidas, traviesas, ridículas, caprichosas, buenas, malas, feas, hermosas, simpáticas, horrorosas. Brujas que meten miedo… y de las otras abandonando el rol tradicional que las ligaba al miedo, para relacionarse con los niños a través de la aventura y el humor. En la actualidad, no es difícil que se emplee este personaje como excusa para transmitir diversos mensajes (ecológicos, didácticos, etc.) ni que aparezcan en un mundo costumbrista y ultra moderno, conduciendo aspiradoras, comprando pócimas en supermercados, etc.
Los invitamos a elegir su recorrido en el maravilloso mundo de las brujas en la literatura. Son muchas las estaciones y seguramente quedarán muchas sin descubrir. Si además conoces alguna bruja que no está te agradeceremos compartirla con nosotras
Investigación: Prof. Mirta Rodriguez |
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