El usurpador de la luna llena

 

Autor: Beatriz Ferro

Ilustrador: Matías Trillo

Colección Torre de papel

Grupo Editorial Norma

Año 2004

“El usurpador de la luna llena” es el título de uno de los cuentos que componen este libro, especie de muestrario de una serie de robos y hurtos misteriosos e insólitos. Entre otros, figura aquí el caso del hombre que ha sido robado por un paisaje; un montón de basura que da origen a un hurto que hará historia y un objeto mágico que anda de mano en mano, un robo tras otro que no es lo que aparenta. Un libro que promete, a quienes se asomen a sus páginas, un precioso botín. A partir de los 11 años" (comentario de Contratapa)

La lectura de este libro, en el que se reúnen nueve cuentos cortos alrededor de la temática del robo y el hurto, resulta una grata sorpresa, a medida que damos vuelta sus páginas.  

Se trata de historias simples y sorprendentes que nos permiten descubrir situaciones y personajes dotados de simpatía e ingenuidad

Un pequeño hombrecillo visita las salas de pintura del museo, todo nos lleva a sospechar que se producirá un robo; un guardia, se compromete en evitar el atraco, pero… cuál será el valioso tesoro que se hace humo en el museo.  El dueño de la cerrajería “Las llaves de Reino” recibía el apodo de Sam Pedro… algo cambia en el barrio, ahora ya no tiene una cerrajería y  lo llaman Sam Urai. Cuando llueve, llueve para todos, pero… es lo mismo la lluvia para la gente honesta que para los ladrones. Cuando un genio sale de su lámpara maravillosa colma de regalos a su amo, pero… que le pide a cambio. Y que puede esconderse en la metáfora: “me robaron la juventud”  

Estas son solo de unas muestras de los importantes tesoros que oculta este libro.

·        El robo

·        En la llave no está la clave

·        La lluvia, un peligro

·        La lámpara maravillosa

·        El premio Lebón

·        El otro Guillermo

·        Blues del conurbano

·        El usurpador de la luna llena

·        Mínima confesión de Noé G.

Esta reseña, quedaría incompleta si no mencionáramos a Matías Trillo, quien se encarga de las ilustraciones que nos introducen en cada relato, sus imágenes monocromáticas, acompañan al texto, potenciando los sentimientos que provoca.

Se trata de un texto que no defraudará a los lectores. Recomendado a partir de los 10 años

 

 

Reseña: Mirta Rodríguez