Son una forma alegre de celebrar
el nacimiento del Niño Dios. Su origen se remonta al siglo XIII o
quizá antes.
Villancico quiere decir canción
del pueblo y en un principio, constituía un registro de la vida
cotidiana en ellos. Muy popular en la España de los siglos XV y XVI,
de la mano de los conquistaedores, llegó a Latinoamérica.
Las melodías europeas de los
villancicos, incorporan los misterios y representaciones teatrales
medievales del período Navideño.
En un límite entre lo religioso
y lo pagano, fueron prohibidos en los templos, pero, pronto se
trasladaron del pueblo a la corte y en los siglos XV y XVI se
convirtieron en las composiciones poético-musicales profanas más
interpretadas.
Desde el siglo XIX, el
nombre se adjudica exclusivamente a los cantos populares que hablan
del misterio de la Navidad y se cantan con acompañamiento de
instrumentos musicales populares.
El villancico tiene
modificaciones porque se va refiriendo a los elementos que
intervienen en la fiesta como son: el Niño, la Virgen María, San
José, los Magos de Oriente, los pastores, la mula, el buey, la
estrella, el portal, el pesebre o la cuna. Estamos en plena época
navideña, que es propicia para entonar en las casas, plazas o
templos estos cánticos que nos hacen sentir el espíritu de la
Navidad y que le dan ese algo especial que sentimos dentro de
nosotros, porque no podemos concebir esta fecha si no está
acompañada de estos cantos populares.
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