La tarde fue mudo testigo
del desalojo de pájaros.
Derribaron su hospedaje...
lo tiraron abajo.
Han matado un árbol...
Su carne en astillas salpicó el ocaso
y en un crujido verde cayeron sus brazos.
Se
desplomó su cuerpo,
en
silencio ...
como campana de trapo
y agrietando la tierra
desenterró sus zapatos.
Con su cara al cielo
despacio, despacio...
cerró sus ojos y apretó los labios.
Quedó como un tajo
de savia sangrando
y un revuelo de alas
quedó meditando...
Han matado un árbol...
Está de luto el patio.
Huye asustado el ocaso...
Lo vela el silencio.
Lo Lloran los pájaros. |