ISSN 1668-4982 RNPI 336307 Boletín mensual dedicado a la Lectura, la Literatura Infantil y la Educación
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Editorial: TRES AÑOS AQUÍ - por Franco Vaccarini Ya que no podemos festejar alrededor de un fuego, hagámoslo desde el país del Cada Uno a través de este inmenso anillo que nos congrega, nos junta de a ratos en los mismos lugares, nos separa, nos aleja, nos disgrega y nos vuelve a reunir. He borrado las partes de esta editorial que pudieran sonar a filípica sobre el Estado De Las Cosas (y eso que... ¡a quién no le gustaría hacer una buena filípica de vez en cuando!). Sí tengo la sospecha de que la vida es compleja en ocasiones, simple todo el tiempo, imprevisible y, también, prestada, como la posibilidad que me dan Mirta y Viviana de escribir estas palabras. Y de escribirlas hoy, que no es un día cualquiera. Porque hoy cumplen tres años los 7 Calderos Mágicos: hagamos foco en esta pequeña gran noticia. En la mítica tierra de Avalon, las hadas guerreras podían forjar espadas con propiedades mágicas. En las islas virtuales del universo en red, dos profesionales de la educación se conjuran para llevar adelante un proyecto al que Mirta Rodríguez explica así en la editorial del primer boletín del año cero: "Educar en el Siglo XXI, es educar en la incertidumbre… por eso, hoy más que nunca no existen pócimas milagrosas que nos garanticen el éxito. Los niños y jóvenes con los que elegimos trabajar ya no son los mismos, y nosotros tampoco. Los conceptos de Conocimiento y Saber también se han modificado. El flujo de la información recorre nuevos circuitos. Hoy más que nunca se ha fortalecido la relación entre Conocimiento y Poder. Nuestra intención al generar este espacio, es compartir experiencias, buscar soluciones en compañía al constante desafío que nos presenta el día a día, es abrirnos a la diversidad para el enriquecimiento mutuo". Los autores de literatura infantil y juvenil estamos involucrados con nuestros libros –en una tensión que también es un reto–, con el mundo escolar. Una tensión, una fricción: como el de juntar dos piedras para hacer una chispa, y otra. Una excusa más para hacer un destino, un oficio. Cuando Viviana Benítez pasó por casa a buscar libros, cuando paso por su casa a dejar libros, me siento un mensaje y también un mensajero; parte de un juego que empezó hace miles de años. Y seguimos siendo tan parecidos, casi iguales a través de los siglos. Nos gusta contar cuentos. Nos gusta que nos cuenten cuentos. A través de todas las lenguas, los objetos, de todos los soportes – un anciano de cuarenta años, una tablilla sumeria, un papiro egipcio, un códice, un libro de imprenta, una pantalla, un narrador oral– uno suma, el otro también, ninguno resta y multiplicar lectores es la gran cosa importante. Entretanto –¡qué linda edad!–, felices tres años para todos.
Artículo del día: LA FUERZA DE LOS NÚMEROS EN LOS CUENTOS TRADICIONALES – por Antonio Rodríguez Almodovar Suele darse una importancia superficial a los números que aparecen en los cuentos tradicionales; importancia más o menos ligada a una supuesta “magia” del número 3, del número 7, del número 12... El atractivo de estas cifras descansa en creencias, supersticiones, astrologías y esoterismos varios. No hemos de prestarles mucha atención a tales elucubraciones, a menudo meras coincidencias, si queremos avanzar seriamente en lo que de verdad importa: la importancia estructural de estos números en la narrativa de tradición oral y lo que aportan al sentido. Entre los muchos descubrimientos de Vladimir Propp (Morfología del cuento) figura el hecho sorprendente de que los cuentos maravillosos se definen como relatos de siete personajes: héroe, falso héroe, agresor, donante del objeto mágico, princesa, padre de la princesa (rey) y auxiliares del héroe. Cada uno de estos personajes tiene su propia esfera de acción y pueden aparecer bajo distintos aspectos (sobre todo el agresor y los auxiliares), pero siempre suman siete. ¿Por qué ? Puede uno elucubrar lo que quiera, pero el hecho es que son ese número y que la articulación del relato los necesita a todos. Si uno bien se fija, cualquier historia inventada puede reducirse a ese mismo esquema, incluso las más banales: chico, chica, contrincante, mediador, la familia de la chica, el amigo o los amigos del chico, algún intruso que se hace pasar por el chico... En los relatos inventados puede faltar este o aquel, pero no en los auténticos cuentos maravillosos (Juan el Oso, Blancaflor, La Serpiente de siete cabezas...) Por cierto, acaba de aparecer otra vez el número siete en la cabeza de ese monstruo, la hydra. Lo volveremos a encontrar en El caballito de siete colores (los del arco iris) y así en otros. No veo en ello más que un simple reflejo de la costumbre, la cultura simbólica de este número (siete plagas del Egipto, siete días de la semana...) Siguiendo con nuestra búsqueda estructural, de articulación más o menos oculta del sistema narrativo, son muy importantes también el número 3 y el número 2, los planteamientos triangulares y duales que están en la base del conjunto. Para empezar, los cuentos de tradición oral se clasifican en tres grandes grupos: maravillosos, de costumbres, de animales. Entre las muchas correspondencias de esta estructuración, podemos recordar que el intelecto se compone básicamente de tres cosas: inteligencia, memoria, imaginación. Y que el universo filosófico de Jacques Lacan, por ejemplo, está muy cerca de aquella tríada: lo simbólico (cuentos maravillosos), lo real (cuentos de costumbres), lo metafórico (cuentos de animales). En segundo lugar, cada uno de esos grupos se constituye en ciclos (ver nuestros Cuentos al amor de la lumbre). En tercer lugar, cada cuento se expresa en versiones concretas. Dentro de cada cuento, y para reforzar esa estructuración, los cuentos suelen contener una buena profusión de elementos en número de tres: tres pruebas difíciles, tres hermanas costureras, tres hijos de un rey... Pero sobre todo, porque es estructural también, el relato mismo puede ser reducido a un esquema en tres: carencia inicial, conflicto, solución final. Algunos psicólogos atribuyen este predominio del 3 a que la memoria recuerda mejor las cosas que así se enumeran; pero hay interpretaciones para todos los gustos. La estructuración dual, si cabe, es aún más interesante. Uno de mis descubrimientos que más estimo, al cabo de bregar tantos años con los cuentos populares, es que muchos cuentos poseen un contracuento, esto es, una versión contraria, que se lo opone en el contenido y por tanto en el mensaje. Así El gallo Kirico se opone a El medio pollito (un cuento, por cierto, que interesó a Lacan en uno de sus seminarios), esto es, el gallo presumido frente al gallo humilde; otro ejemplo que me gusta citar es la existencia de un verdadero Bello Durmiente (Cuentos al amor de la lumbre, 6), que desapareció bajo la presión burguesa del modelo femenino. También había un “Ceniciento” (Cuentos al amor de la lumbre, 25); también versiones humorísticas de cuentos de miedo, y cuentos chocarreros que vapuleaban al poder establecido, siguiendo el esquema del cuento maravilloso, pero con un sentido burlesco muy acusado (Cuentos..., 23, 24, 25, 95). Este último, La mata de albahaca o La niña que riega las albahacas, un auténtico contramodelo cultural destinado a la burla de príncipes abusadores y cuento feminista avant la lettre. Lo que ocurre es que estos cuentos casi nunca pasaron a la letra impresa, pero eran portadores de un sentido crítico extraordinario que la tertulia campesina cuidaba y prácticamente escondía a la mirada, a menudo impertinente, del erudito. Como escondía el verdadero valor de los números, no en supercherías, sino en las estructuras profundas del relato.
Entre palabras y líneas: Junto al caldero, mientras las llamas dibujan extrañas siluetas, un cuentacuentos nos encandila con el sonido de su voz. Quienes tuvimos el placer de escuchar sus narraciones, no podemos evitar encandilarnos con la presencia de Marcela Ganapol. En nuestro aniversario, queremos que la nuestros compañeros de camino también la conozcan… Con ustedes… Marcela 7 Calderos Mágicos:- Ante todo, contanos un poco acerca de tu persona, para que nuestros lectores puedan conocerte mejor. Marcela:- ¡Es tan difícil hablar de uno mismo… y más difícil todavía es escribir! ¿Por qué será que pasa esto? Supongo que tiene que ver con que en la escritura media la reflexión; entre quienes se comunican hay pausas, intermitencias, espacios (o como quieran llamarlos) y uno, de alguna manera, se siente obligado a ser – o parecer- “profundo e inteligente”. En cambio el lenguaje hablado es más espontáneo, más relajado, más directo… No quiero decir con esto que uno se la pase hablando sin pensar (¡faltaba más!), pero sí es cierto que en la oralidad valen los titubeos, las contradicciones, los vuelta atrás, hasta los tartamudeos, les diría. Además, se habla con todo el cuerpo: con los gestos, las posturas, las miradas y también con la vestimenta, el peinado y el maquillaje. En fin, con todo esto quiero decirles que, a esta altura, los lectores de Los 7 calderos, si en lugar de “leerme” pudieran verme y escucharme, seguramente ya me habrían conocido un poco, aunque es rigurosamente cierto que todavía no dije nada de mí. De todos modos puedo intentar alguna cosa ( vamos, que no soy tímida): Me llamo Marcela Ganapol, cuento historias, soy hincha de Boca, estoy casada con un fotógrafo muy talentoso y tengo dos hijos maravillosamente adolescentes (je… je…). Estudié Letras en la UBA y llegué bastante lejos, pero no terminé la carrera. Estudié Comunicación, pero tampoco terminé. Estudié periodismo y ejercí el oficio durante doce años, en medios gráficos y en la radio. Bastante después estudié Narración Oral en un instituto terciario y ahí sí, terminé. Desde entonces me dedico apasionadamente a este arte de contar historias y cada vez más vivo de esto y menos de los miles de “laburitos” que acostumbro hacer.
7 Calderos Mágicos:- ¿Cómo surgió en vos la idea de ser cuentacuentos o narradora de cuentos?
Marcela:- Un día, la Directora del Jardín de Infantes al que iba mi hija me dio un folletito. – “Tomá, esto es justo para vos” – me dijo. Era una invitación a un Festival de Narración Oral que organizaba el Instituto ADENO en la Biblioteca Nacional. Yo jamás había escuchado contar cuentos de manera profesional, en un escenario; es más, ni siquiera estaba enterada de que existiera un arte semejante. Sin embargo, movidas por la curiosidad, allá fuimos con mi hija el domingo siguiente. Llegamos tarde (¡qué costumbre!) y estaba llenísimo. Me acuerdo que tuve que sentarme en un rinconcito, sobre un escalón lateral y subir a mi hija a caballito para que pudiera ver algo. Y de pronto, salió al escenario Ana María Bovo y ahí nomás, “solita con su alma”, empezó a desplegar sus historias. ¡Otra vez! ¡Qué difícil describirles lo que sentí! Me desplacé a otro mundo, me dejé llevar al tiempo y al espacio de sus relatos, al juego de sus personajes… Mágicamente desaparecieron la incomodidad, el resto del público, hasta el peso de mi hija en los hombros. Me maté de la risa, me morí de emoción… Cuando salimos de la Biblioteca Nacional le dije a mi hija: -“Eso es lo que yo quiero ser cuando sea grande “ ( y ya era grande). Ahí empezó mi camino.
7 Calderos Mágicos:- De no haber sido Narradora ¿Qué te hubiera gustado ser?
Marcela:- Creo que soy muchas otras cosas además de narradora y además, todavía me quedan muchas otras cosas por ser. Pero sólo por contestarles la pregunta, les cuento una intimidad: me gustaría ser sabia.
7 Calderos Mágicos:- ¿Cuándo descubriste que te gustaba narrar historias?
Marcela:- Las historias me gustan desde siempre. Fui y soy una lectora voraz y apasionada, compenetrada hasta el tuétano con las vicisitudes de los personajes de un buen libro. Pero desde esa misma tarde que salí de la Biblioteca Nacional empecé a incursionar en el “mágico mundo” de las historias narradas, de los relatos orales. Al año siguiente ( 1999) me anoté en el Instituto Argentino de Narración Oral (ADENO) y al cabo de dos años me recibí ( sí, terminé!) de Técnica en Narración Oral. Desde entonces siempre seguí estudiando, con narradores de por aquí y extranjeros, cuando hay oportunidad. También incursioné en otras artes afines, que nos ayudan a narrar mejor, como Expresión Vocal y Corporal, Clown e Improvisación Teatral. En cada función sigo descubriendo cuánto me gusta contar historias, sobre todo cuando el público comparte el placer. Ahí sí es una fiesta.
7 Calderos Mágicos:- ¿Con quién aprendiste a narrar? (Vale retrotraerse a la infancia)
Marcela:- De a poco fui descubriendo que en mi familia, sobre todo en la rama femenina, existe una marcada veta histriónica. Tanto mi mamá como mi hermana son muy graciosas y divertidas a la hora de contar recuerdos o anécdotas e incluso utilizan un lenguaje bastante especial, lleno de modismos y giros particulares o inventados por ellas mismas. Pero el recuerdo “sagrado”, el de la primera infancia, es el de mi abuela Sofía, contando cuentos sentada en un sillón, a al tardecita, y todos los primos a su alrededor, extasiados. Mi abuela solía inventar historias en las que los protagonistas éramos mis primos y yo; pero lo que más nos gustaba y le pedíamos una y otra vez era el relato de la película “El fantasma de la ópera”. Todavía hoy me acuerdo de esto cuando les insisto a las mamás, a las abuelas y a las maestras para que les cuenten cuentos a sus chicos. Muchas me dicen: “Pero no me va a salir como a vos” y pienso que verdaderamente no importa. Hoy por hoy yo no sé si mi abuela contaba bien o mal, si era precisa o se equivocaba mucho, pero lo que sí llevo en el corazón es ese momento compartido: las piernas de mi abuela, sus polleras, el último sol de la tarde y su voz emocionada para transmitirnos la tragedia del fantasma de la ópera.
7 Calderos Mágicos:- ¿Narrás para niños y adultos? En caso afirmativo ¿Cuál es la diferencia?
Marcela:- Cuento historias “para todo público” (para chicos y adultos que se dejan ganar por la magia) y otras que son exclusivamente para adultos. En cuanto a la forma de narrar, la diferencia la marca el mismo público. Por lo general los chicos son más francos y más espontáneos y eso me estimula para ser yo misma más disparatada y natural. Cuando me dejo llevar por ese contexto medio caótico que plantean los chicos, y acepto todos los imponderables y me animo a improvisar, suelen salir historias divertidísimas que todos disfrutamos mucho. Son momentos increíbles. En cambio los adultos, por lo general, son más formales y mi entrega es quizá menos física; la complicidad se da más a través de las palabras y ciertos guiños. El público más difícil es, sin duda, el adolescente, por eso cuando una función sale bien se disfruta el doble. Cuando uno entra a un aula de escuela secundaria, normalmente se encuentra con caras y poses que expresan: “- ¿Nos venís a contar cuentitos a nosotros? ¿No te diste cuenta de que ya crecimos?” Es maravilloso ver cómo luego, al calor de las historias, esas barreras van cayendo y se entregan al juego con toda su fragilidad adolescente.
7 Calderos Mágicos:- ¿Tu principal defecto? ¿Tu mayor virtud?
Marcela:- Respuesta imposible: no tengo ni idea. Sólo sé que con los años y la experiencia estoy logrando mi propio estilo como narradora oral, que es un objetivo que perseguí desde el principio. No sé si es mejor o peor que otros, pero por lo menos es personal.
7 Calderos Mágicos:- ¿Cómo seleccionas tu repertorio?
Marcela:- Mi repertorio se va incrementando con los años y se nutre de todo lo que me gusta, me parece apropiado para ser contado oralmente y me parece apropiado para ser contado por mí. Creo que todos los géneros son “narrables”, claro que hay algunos que se prestan más fácilmente para ser llevados a la oralidad y otros en los que la adaptación o “traducción” implica meterse en un berenjenal bárbaro. A veces vale la pena y a veces no. Hay textos de tal belleza literaria, de tanta precisión en la elección de las palabras, que prefiero recomendar directamente su lectura ( me pasa, por ejemplo, con muchos cuentos de Borges) y no arriesgarme a cambiar nada. Por eso me gusta contar, especialmente, cuentos populares de diversos orígenes, porque son historias que nacieron orales y conservan esos rasgos, a pesar de que en su mayoría nos llegan por escrito. Los cuentos populares o folklóricos tienen un gran despliegue imaginativo y están plagados de circunstancias y vicisitudes (“pasa de todo”), lo cual me permite agregar cosas de mi propia cosecha, contemplar la reacción del público y hacer todo lo que se me ocurra.
7 Calderos Mágicos:- ¿Cuál fue el primer cuento que narraste en público?
Marcela:- Se llama “El día de campo de Don Chancho” y es de Keiko Kasza. Todavía lo cuento, utilizando diferentes elementos de vestuario. La primera vez estaba tan nerviosa que tenía miedo de que se escucharan los latidos de mi corazón, me temblaban las manos y conté el cuento a mil palabras por minuto. Después tuve que trabajar mucho eso: aprender a respirar, a hacer pausas, a mirar a la gente y a darle tiempo para ir paso a paso en la historia. En fin, a disfrutarla juntos.
7 Calderos Mágicos:- A través de la repercusión que tienen tus espectáculos ¿qué es lo que te llega de los que los chicos encuentran en los mismos?
Marcela:- Empiezo por el otro lado: los adultos son gente bastante insondable. Salvo cuando se manifiestan claramente ( riéndose, por ejemplo) uno por lo general no sabe que hay detrás de sus expresiones. Me pasó un montón de veces que una persona que estuvo todo el espectáculo con cara neutra o, incluso, medio avinagrada, al final se acercara a expresarme cuánto le gustaron y conmovieron los cuentos. Esto con los chicos no pasa. Cuando se enganchan te lo demuestran con todo su cuerpo, participan, se ríen, te comen con la mirada, luchan junto a los héroes, sufren por la suerte de las princesas, sienten auténtico miedo cuando aparecen los monstruos, se relajan (suspiran) cuando las brujas son derrotadas… Y al final vienen a abrazarte, te enchastran con besos pegajosos, te escriben cosas, te convidan un chizzito. La verdad es que ese intercambio es maravilloso; yo me olvido de todos los problemas y me siento sumamente afortunada.
7 Calderos Mágicos:- ¿Cómo describirías el panorama actual de la narración oral en Argentina? Marcela:- Creo que desde hace 20 o 30 años, y no sólo en nuestro país, hay un resurgimiento de la narración oral – y yo misma soy parte de eso – que responde a la necesidad de tanta gente de volver a comunicarse en forma directa, sencilla, mirándose a los ojos. Es muy bueno que cada vez más gente disfrute de una costumbre tan ancestral como es reunirse a contar y escuchar historias. También creo que si una persona decide dedicarse a este arte de manera profesional, asumirlo como un oficio y medio de vida – y tiene la suerte de contar con el mínimo talento para hacerlo – debe hacerlo con seriedad: estudiar, formarse, ensayar y encontrar sus propias historias. En cuanto al panorama actual, encuentro que entre quienes formamos parte de la “segunda generación” de narradores orales ( por llamarla de alguna forma, quiero decir, quienes nos dedicamos a esto desde hace diez años a esta parte) hay narradores excelentes. Compartí con muchos de ellos el crecimiento profesional y la verdad es que me siento muy orgullosa cuando participamos juntos en algún festival o encuentro. Pero todavía nos queda mucho por hacer, por suerte ( y también hay muchos chantas, como en todos lados)
7 Calderos Mágicos:- Todos tenemos un sueño… ¿Tenés ganas de compartir un poquito de tu sueño con nosotras? Marcela:- Más que uno, tengo miles de sueños. Tengo sueños para toda la humanidad ( justicia, trabajo, dignidad), que seguramente comparto con ustedes y con la mayoría de los lectores (¿Y por qué será que todo está tan mal, si todos soñamos lo mismo? ¿Será que por ahora son más fuertes los sueños de los poderosos?) Tengo sueños de felicidad y plenitud para mi familia y mis amigos. Tengo sueños de amor y planes compartidos con mi marido. Tengo sueños a corto plazo (mucho trabajo para este año) y a largo plazo (ir a vivir cerca de las montañas)
Gracias Marcela!!!! Viviana Elda Benitez- Mirta Rodríguez Sala de Trabajo: “PEPITO LECTOR” Método de motivación a la lectura. Pepe Pelayo I.- INTRODUCCIÓN: El creador del personaje Pepito (el escritor Pepe Pelayo), publica un libro titulado Pepito, el señor de los chistes en diciembre del 2002 por la Editorial Santillana Chile en su colección Mar de Libros y enseguida se notó la acogida de esa obra entre los niños, como lo demuestra sus cinco re-ediciones posteriores, y entusiasta recepción de los chicos en las visitas del autor a diferentes centros educacionales de todo el país. En mayo del 2004 la misma editorial le publica Pepito y sus libruras, donde ahora aparece el personaje creando parodias de cuentos clásicos infantiles. Ambos libros han sido y siguen siendo incorporados como lectura complementaria en los centros educacionales del país. En el 2005 y 2006 el sello Humor Sapiens Ediciones Uruguay le publica Los libros # 1, 2, 3, y 4 de la serie Pepito. Chistes para niños y el libro # 1 de la serie Pepito cuenta y canta (con disco de canciones del personaje incluido). Estos cinco libros en Chile y en Uruguay han tenido y tienen un extraordinario éxito de ventas. En estos momentos se está comenzando a distribuir en Colombia, Ecuador y Venezuela. En el 2006 también se lanza el Primer Concurso Nacional de Humor Infantil Pepito 2006 en Chile y también en Uruguay. En el 2007 se está organizando la segunda versión, donde los alumnos de la Enseñanza Básica y de Jardines Infantiles, participarán por grandes premios. En este mismo año se publicarán Los teatropellos de Pepito y Los diálocos de Pepito en Santillana Chile y Pepito cuenta y juega en Humor Sapiens Ediciones Uruguay.
II.- EL MÉTODO: “Pepito Lector” es un método de animación a la lectura a través del humor, dirigido a los niños de 3º, 4º 5º y 6º año de Educación Básica, porque es la edad ideal, por madurez, para comenzar a trabajar con el humor más elaborado. Basados en nuestra experiencia, la especial herramienta que se utiliza en este método, el humor, ha dado y sigue dando magníficos resultados, por lo que se podría asegurar un alto grado de efectividad. Consiste en visitar varias veces a los alumnos en sesiones de lecturas en voz alta, lecturas silenciosas, comprobaciones de lecturas, juegos, explicaciones y debates de conceptos afines, entregarles libros y estimularlos a crear en la clase y en la casa. Todo en un marco de risas y placer. Junto con esto, también es necesario capacitar a los profesores para que puedan continuar con el proyecto.
DESARROLLO DEL PROYECTO 1.- Charla-taller a los profesores Pepe Pelayo, autor y creador del personaje Pepito, impartirá una charla-taller de motivación a la lectura a través del humor a profesores de los centros educacionales donde se aplicará el Pepito Lector. (Una sesión de tres horas). Allí los profesores recibirán teoría sobre la importancia del humor en el trabajo educativo, recomendaciones prácticas y ejercicios de cómo aplicar el humor en su labor pedagógica, técnicas de animación a la lectura a través del humor, pasando por la narración oral, la apreciación de la literatura humorística, etcétera. Además de, lógicamente, informarlos y prepararlos para lograr que manejen los objetivos del proyecto y un conocimiento teórico y práctico del Pepito Lector, porque ellos mismos serán los encargados de continuar con la aplicación del proyecto, o replicarlo desde el inicio con nuevos alumnos. Sólo motivamos a leer cuando hay un trabajo continuado y a largo plazo.
2.- Aplicación con el alumnado El autor impartirá dos sesiones de una hora académica cada una, por día, hasta completar seis sesiones para cada curso o grupo de estudiantes. En cada sesión, el autor realiza dos tipos de actividades directamente con los alumnos: unas fijas y otras variables. Ambas, en un adecuado balance en cada encuentro.
Actividades fijas:
Actividades variables:
SESIÓN UNO Actividades fijas. (previamente mencionadas) Actividades variables:
SESIÓN DOS Actividades fijas. (previamente mencionadas) Actividades variables:
SESIÓN TRES Actividades fijas. (previamente mencionadas) Actividades variables:
SESIÓN CUATRO Actividades fijas. (previamente mencionadas) Actividades variables:
SESIÓN CINCO Actividades fijas. (previamente mencionadas) Actividades variables:
SESIÓN SEIS Actividades fijas. (previamente mencionadas) Actividades variables:
Autor Pepe Pelayo Humor Sapiens Ediciones
Regalo Sorpresa: A modo de juego, una autora nos acercó este regalo. Nos pareció buena idea compartirlo con ustedes.
Conozco un lugar de magia donde calderos humeantes cocinan lo más campantes y con rotunda eficacia mejunjes llenos de gracia. Siete calderos creativos, también imaginativos, para cuenteros rampantes y poetas trashumantes que quieran sentirse vivos.
Ilusorio Moreira el Asombráu
Queremos invitar a todos nuestros lectores, comunicarse con nosotras. Responderemos en forma personal cada uno de los mensajes y solicitudes.
Si querés comunicarte con los 7 Calderos Mágicos: info@7calderosmagicos.com.ar respondemos en forma personalizada todas las consultas.
Palabras finales: Este boletín ha sido pensado como un regalo para todos aquellos que nos leen desde hace ya 3 años. Para elaborarlo contamos con la colaboración de de un maravilloso grupo de amigos, los autores, que gentilmente nos han regalado su experiencia. Sirva la presente de agradecimiento a cada uno de los que hicieron posible este boletín. Franco Vaccarini, Antonio Rodríguez Almodóvar, Marcela Ganapol, Pepe Pelayo, Alicia Esaín (Ilusorio Moreira, el Asombráu)
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