Hoy entrevistamos a la escritora, Cristina Colombo

 

 

Entre líneas y palabras:

 

1 ) En tu sito de Internet dedicas una página al “Había una vez” entre otras cosas decís “Desde siempre estas palabras han producido el efecto de un sortilegio sobre mí. Su sonido abre una puerta, directo a mi imaginación. Luego, sólo resta la aventura de internarse en un mundo incomparable, con la certeza de que ya nada volverá a ser igual.” ¿Nos podrías contar cómo y quién fue el encargado de desatar el sortilegio de la Literatura en vos?

 

Elena, mi madre. Y no solamente me introdujo en el mundo de la literatura sino también en el de la música. A los cuatro años me envió a aprender inglés y por ese camino llegaron como viajeros inesperados, el “nonsense”,  los “limericks” y las “nursery rhymes”; es decir, la inconmensurable dimensión del absurdo y una impronta de libertad, humor y desparpajo que nunca han dejado de acompañarme.

Y luego, me crié en un hogar donde la biblioteca estuvo siempre más y mejor surtida que el guardarropas y donde Tolstoi, Stendhal, Shakespeare, Flaubert y las Bronté, entre otros, me fueron descubriendo su visión tan particular del mundo en la medida de mis necesidades.

 

2) ¿Qué libros o autores eran los preferidos en tu infancia?

 

De muy niña, los cuentos clásicos; una vida de Juana de Arco que me resultaba llena de espiritualidad e inspiradora y que sobre todo me deslumbraba con sus puentes, sus castillos y sus personajes rebatibles y una Historia Sagrada que recuerdo como mi primer libro de terror por la crudeza de los relatos y las sombrías ilustraciones que contenía.

Después llegaron, Mark Twain, Stevenson, Dumas, la Baronesa d’Orczy, Delly, Edgar Wallace y su inefable Mr. Reeder, Agatha Christie, Oscar Wilde y subversivamente, Corín Tellado de quien me fascinaba el manejo de un erotismo reiterado al infinito.

Todo un entramado de palabras que llegó a transformarse en un elemento vital como el agua o el aire y que sostiene el andamiaje de mi existencia, ordenándola. Cada destino, cada historia me devuelven con su impulso inagotable el sentido de una humanidad compartida en su fuerza y en su desamparo.

 

3) ¿Cómo comenzaste a escribir?

 

Comencé de grande y cuando frente a un hecho muy importante en mi vida surgió la escritura, de improviso, como un medio para exorcizar  aquello que estaba sacudiendo los cimientos de mi condición de mujer impiadosamente. Entonces nacieron mis libros de poesías,  con la fuerza de una pasión recién descubierta.

De allí en más nunca paré y como ya lo dijera en respuesta a otra pregunta fui pasando por distintos géneros hasta recalar en la novela como destino, creo que final. Aunque nunca se sabe.

Lo que en un principio fuera puro sentimiento se ha convertido ahora en necesidad. De aquella primera etapa, la de la poesía, a la que sólo he vuelto en mis creaciones para niños, rescato el estado de mediumnidad propio del poeta. Entre el mundo de los arquetipos, el mito y los orígenes y la realidad que lo circunda. Sentirse a la vez, cuerpo y esencia, efímero y eterno, pequeño e infinito son estados únicos de la poesía. Ese aliento que derraman los dioses sobre la existencia para infundirle la inmortalidad que le es propia.

 

4) A veces, la vida nos hace resignar algunas cosas en beneficio de otras ¿Sentís que tuviste de dejar algo para dedicarte a la literatura?

 

Para nada. Al contrario, creo que no le dedico todo el tiempo que desearía a la literatura. De todos modos jamás sería de esas personas que tienen un horario fijo para escribir como si trabajaran en una oficina. En mi caso escribo cuando siento que algo pugna por abrirse paso. Entonces escribir se transforma en un placer incomparable. Las palabras se suceden unas a otras rápidas y precisas y las hojas  se van llenado sin esfuerzo. Un párrafo sigue a otro y cuando un capítulo llega a su fin ya se anuncia el comienzo del próximo con una frase de la cual irá surgiendo el resto.

De este modo se va encadenando la historia. Si este escenario no se cumple será en vano insistir; es que el relato no está maduro y sólo estoy tratando de hacerlo nacer antes de tiempo.

 

5) ¿Cómo es tu día de trabajo? ¿Seguís ligada a la docencia?

 

Mi otra profesión es la de traductora. A ella sí le dedico horas como parte de una rutina. Lo extraordinario entonces en mi vida es la literatura porque llega, irrumpe, se desborda con su ritmo y sus necesidades y luego se aquieta en sus propias aguas hasta que se produce un nuevo intento. La traducción es metódica, racional, libre de improvisaciones. La literatura es visceral, furtiva e impetuosa.

Tampoco desestimo aquella parte de mi día que dedico a los que me rodean y a las circunstancias de la vida que en definitiva constituyen la materia viva de la que se nutren mis historias. En este sentido es apasionante ver cómo van surgiendo  recuerdos, sensaciones y sentimientos que se niegan a abandonarnos y que sólo esperan la oportunidad para volver a invadirnos con su presencia. Mi propia infancia y la de mis hijos, los relatos de mis padres y mis abuelos todos ellos formando el venero inagotable en el que abreva una escritura lista a dar testimonio.

El mundo con sus riquezas y complejidades y la realidad a la vez fecunda y caótica en la que se desarrolla la vida de mis nietos también tienen un lugar de privilegio en mis ficciones. Amo jugar con ellos, que me cuenten sus sueños, sus temores. Verlos vivir, aprender y equivocarse. Amo oírlos reír, ser cómplice de sus travesuras. En definitiva amo la vida que ellos viven y la mía propia por que se revalorizan mutuamente.

En cuanto a la docencia mi única vinculación es a través de las visitas a escuelas que no son tan frecuentes como yo desearía. Entre los establecimientos destaco aquéllos dedicados a la enseñanza especial. Es emocionante la entrega de los alumnos, la capacidad de asombro intocada por la superabundancia de estímulos que afecta a tantos otros escolares. Y la espontaneidad con la cual rodean sus afectos. He tenido el privilegio de asistir a varios encuentros de las características mencionadas y de todos ellos he salido infinitamente enriquecida por la experiencia.

 

6) Actualmente, ¿cómo te comportas como lectora? ¿Qué autores o géneros acaparan tu atención?

 

Actualmente mi conducta es errática con respecto a la lectura. Comienzo un libro y lo abandono porque no encuentro un motivo para brindarle mi entusiasmo. Y me pasa con autores consagrados y de los otros. Por años y años he leído muchísimo, libros de cuentos y de ciencias, de filosofía, novelas, poesías y ensayos sin orden y sin método. Pero ahora siento que el mejor libro que puedo tener entre las manos, exquisitamente valioso por su dimensión humana es la vida misma. Presto más atención a lo que me rodea, a lo que cada día me trae en las cosas grandes y pequeñas que a lo que me ofrece la página escrita. Me gusta ir por el mundo rescatando los detalles, los seres anónimos, las batallas que libran. Escuchando confesiones tan privadas que apenas reveladas se convierten en aire. Siento fervor por recorrer los barrios de Buenos Aires donde la palabra nostalgia se empecina en las veredas rotas y por los pueblos olvidados que todavía se dan el lujo de alojar fantasmas.

De todos modos la literatura es omnipresente. Está siempre allí, en el trasfondo de las cosas.

Hay un libro que releo cada tanto y que recomiendo: La Biblia Envenenada, de Bárbara Kingsolver porque es una peregrinación donde se corre el riesgo de perder el alma. Y luego, El Amante, de Duras que me hechiza con el sonido de las palabras y el dolor inevitable de una lucidez rayana en la locura.

Entre nuestros autores, es Tizón el que más me esclarece sobre la condición humana. Leer a Tizón me da la misma impresión que de niña recibía cuando me embarcaba en un largo viaje. Poco a poco depongo cualquier tipo de rebeldía y me voy dejando poseer por lo que desfila delante de mis ojos hasta que en un momento dado el paisaje y yo nos fundimos en una misma carnadura. El milagro de Tizón es devolver a lo desangelado su propia trascendencia. 

 

7) Sabemos que sos miembro fundador de Alija. Podrías aclararle a nuestros lectores: ¿Qué es Alija? y ¿Cuáles son las actividades que se llevan a cabo en esta asociación?

 

ALIJA es la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina Es también sección nacional del IBBY (International Board on Books for Young People), una organización sin fines de lucro que constituye una red a nivel mundial comprometida a acercar los libros a los niños y jóvenes. A su  vez, el IBBY otorga el premio Andersen a la trayectoria de un autor y un ilustrador y publica su Lista de Honor integrada por todos aquéllos cuyas obras son postuladas por las propias secciones nacionales.

Esta vinculación con el IBBY integra a ALIJA a las organizaciones y eventos internacionales más importantes posibilitando que autores e ilustradores argentinos reciban promoción y adquieran trascendencia en el resto del mundo.

En mi caso trabajé en la institución durante dos períodos en los cuales me desempeñé como miembro del jurado de la lista de Honor de ALIJA y miembro del Comité de Selección para la Lista de Honor del IBBY y también como corresponsal de Bookbird, una publicación del IBBY en cuyas páginas encuentran un lugar los estudiosos y artesanos de la literatura.

Entre muchas otras cosas que tal vez olvido, ALIJA también privilegia sus lazos con instituciones nacionales de promoción del libro infantil y la lectura. Organiza cursos, talleres y seminarios, mantiene un stand en las Ferias del Libro y ofrece sus publicaciones relacionadas con la materia que la convoca.

Todo esto se ha hecho y se sigue haciendo con el enorme esfuerzo de sus comisiones directivas y el aporte de sus socios que, en tantos períodos difíciles, políticos y económicos por los cuales ha atravesado este país jamás depusieron su entusiasmo.

Por ello creo, que el hecho mismo de su supervivencia a través del tiempo hace a ALIJA  y a su gente merecedora de los más cálidos elogios y de todo el apoyo que podamos brindarles.

 

8) ¿Cómo imaginas a tus lectores? ¿Tenés contacto con ellos?

 

Reflexionemos sobre este punto. Cuando me siento a escribir no pienso en ellos. Creo que si lo hiciera actuarían sobre mí con la fuerza de un condicionamiento, lo cual implicaría una especie de auto censura. En todo momento me dejo llevar por el hilo de la historia. Con claridad se me van imponiendo las características de los personajes, sus modos de hablar, de comportarse, cada uno con su estilo propio. Y la acción, que encuentra su desarrollo en la máxima libertad que trato de otorgarle para que pueda ir contándose a sí misma. Muchas veces me sorprende una respuesta inesperada que surge espontánea en el papel y que me hace emocionar, entristecer o morir de risa,  según las circunstancias.

En este espacio no tiene cabida el lector. Pero puedo imaginármelo a la espera y al final de este camino donde inevitablemente nos reuniremos.

Aún así, se trata de un acto que no pasa de un mero juego intelectual. Es el impulso del artificio en sí el que me absorbe y me obliga a ir hacia el hecho literario. Por eso siempre me sorprenden los encuentros con mis lectores como un evento  renovado de características inaugurales.

Y luego sí, en cada uno de esos encuentros me entrego por entero a mi público para volver a recrear lo que tanto placer nos diera en solitario, la creación en mi caso, la lectura, en la de ellos. Después seguimos con los fenómenos colaterales, anécdotas donde los sentimientos quedan al descubierto y las confesiones que siempre están a la orden del día. Indefectiblemente terminamos como amigos íntimos que acabamos de compartir una experiencia y con muchas ganas de volver a vernos próximamente. Un verdadero regalo, auténtico, de lujo.

Por lo tanto, en lugar de imaginar a mis lectores, los disfruto en vivo y en directo.

 

9) Escribís literatura infantil y literatura para adultos. ¿Con cuál te sentís más cómoda?

 

Obviamente con la literatura para niños, con la cual estoy enteramente consustanciada. Mi intervención en el campo de los adultos se ha circunscripto solamente a la poesía. De este modo comenzó mi aproximación a la literatura como ya lo dijera antes. Con dos libros, “A contraluz” y  El día antes de cada día”, que recibieron muy buena crítica en su momento lo que representó un progreso en mi decisión de continuar dedicándome a las letras.

De allí pasé a la poesía para niños. Luego llegaron los cuentos y por último las novelas, mi género preferido y así, ahora, cualquier idea que prende en mi cerebro o en mi corazón ya viene en formato novela. Hace poco hice una nueva incursión en la literatura para adultos. Con una serie de letras de tango. A la vieja usanza en su mayoría. Tratando de rescatar del olvido seres entrañables, ángeles tutelares de una época que merece ser conservada. Con malvones, esquinas, amores contrariados, su corte de suicidas y como fondo, el fileteado de un tema atemporal y único: el desvalimiento humano.

Entonces creo que en ambas literaturas puedo volcar lo que de un modo u otro busca ser escrito porque está implícito en su propia naturaleza. Pero mis preferencias están del lado de los niños. Ellos me remiten a un mundo donde la esperanza es ese día que recién comienza y la aventura, una fruta jugosa que pide a gritos ser comida.

 

10) ¿Qué estímulos te llevan a escribir? (sonidos, sensaciones, imágenes)

 

Mis primeras novelas surgieron del deseo de recopilar de algún modo episodios de nuestra propia vida familiar cuando mis hijos eran pequeños. Tengo tres hijos varones y guardaba recuerdos de sus dichos, juegos y, travesuras que me resultaban graciosos y quise compartirlas. El humor es una constante en mis libros. Lo encuentro tan gratificante que son pocas las obras en las cuales no incluyo algún personaje o situación que provoque risa.

El humor es un recurso genuino contra la adversidad y el distanciamiento que origina poniendo a la realidad bajo una óptica desmitificadora lo vuelve raro y valioso.

Tampoco son extraños en mis libros aquellos hechos en nuestro país que de una manera u otra marcaron el destino de sus habitantes. Desempleo, bancarrota, pobreza y exilios, todos ellos causas de implosiones en el seno mismo de las familias también han encontrado un lugar en mis relatos. Y ya en un plano de carácter más filosófico he escrito El Grimallón, publicado en mi página de Internet, donde por detrás de las aventuras, los seres y las situaciones por demás extravagantes, el mal y el bien se enfrentan en su condena ineluctable de una lucha eterna.

 

11) ¿Qué estrategias podría incorporar la escuela para intensificar la lectura?

 

Realmente no creo ser una especialista en esta materia. Sólo querría decir entonces  que cualquier estrategia en este campo tendrá que surgir de un vivo interés por la lectura de parte de quien la proponga. Y sobre todo de una visión del mundo abarcativa y enriquecedora. Sin un compromiso real con nuestro destino de “ser humanos” no habrá cabida para la aventura genuina que nos propone la literatura.

 

12) Todos tenemos un sueño… ¿Tenés ganas de compartir un poquito de tu sueño con nosotras?

 

Afortunadamente para mí muchos de mis sueños se han transformado en realidad. E inmediatamente otros han venido a ocupar el sitio de los sueños cumplidos. El más importante entre todos tiene que ver con la familia, luego vienen los de mi profesión.

Vivir a pleno, rodeado de mis afectos, entendiendo la existencia como un misterio que, cada día, me dispongo a develar; a través del amor, la promesa de un resarcimiento.

Y en cuanto a la escritura no traicionar el sentido original de las palabras naturalmente apegadas a la esencia de las cosas y los seres. Y sobre todo no traicionar mi propio enamoramiento con el lenguaje desde que, inocente de historias, asistiera al deslumbramiento de mi primer “Había una vez”.

 

 

7 CM : -Muchas Gracias Cristina !

 

Mirta Rodríguez- Viviana Elda Benitez

 

 

 

 

  Si querés saber un poquito más de la autora y conocer sus obras: