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L7CM:- Siendo una escritora
premiada por sus trabajos en la literatura infantil y juvenil y fuera de
ella. (Ema Wolf obtuvo numerosos premios y distinciones, entre otros: el
premio Banco del Libro (IBBY); fue finalista del Premio Casa de las Américas,
obtuvo el Premio Fundación Konex de Literatura Infantil. Integró la Lista de
Honor del Premio Hans Christian Andersen (IBBY), y acaba de ganar junto a
Graciela Montes el Premio Alfaguara de Novela 2005 con "El turno del
escriba"), ¿Qué significan para vos esos premios?
Ema Wolf
-
Sin duda son
espaldarazos al trabajo ya realizado, y, por eso mismo, estímulos para
seguir trabajando. Aunque lo que más te reafirma, creo, es el hecho de que
tus libros sigan reeditándose porque siguen encontrando, por las suyas,
nuevos lectores a lo largo del tiempo.
L7CM:-
No ignoramos el esfuerzo que
demanda escribir una novela. El turno del escriba es el resultado conjunto
de tu trabajo con Graciela Montes ¿Cómo se consigue "escribir a cuatro
manos"?
Ema Wolf
-Es una sucesión de
acuerdos, desde los más amplios hasta los más pequeños. Desde qué historia
vas a contar y cuál es el perfil de los personajes hasta el matiz de un
adjetivo o si va o no una coma entre dos cláusulas. En el caso de "El turno
del escriba" cada una escribía un capítulo -aunque esto no fue una regla
rígida-, y lo hacía sola, en su casa, porque no es posible redactar de a
dos. Una vez escrito, sometía el texto a la lectura de la otra, que
intervenía y sugería cosas. Finalmente hicimos muchas correcciones en
conjunto en voz alta, y eso terminó por darle al texto la unidad que
queríamos.
L7CM:-¿Qué
relación te une a Graciela Montes? y ¿Cómo fueron estos años de compartir un
proyecto común?
Ema Wolf
-Con Graciela nos
conocemos desde hace mucho tiempo. Desde principios de los ochenta, más o
menos. Hemos compartido charlas, libros, viajes; en un momento dado ella fue
la editora de algunos libros míos; también compartimos el proyecto de la
revista La Mancha; ambas estamos agrupadas en ALIJA desde que se fundó; y a
menudo también nos tocó hacer causa común defendiendo nuestros derechos ante
las editoriales. De modo que este proyecto, que nos ocupó cinco años, aunque
no en forma exclusiva, es el resultado de coincidencias anteriores y de
respeto por la otra. Lo pasamos muy bien trabajando juntas. Y nos
divertimos, algo a veces inconfesable en esta profesión.
L7CM:-
En distintos reportajes que
hemos leído, surge Internet como una de las fuentes de investigación previa
a la escritura de "El turno del escriba". ¿De qué manera te parece que
pueden influir las nuevas tecnologías en la relación autor-libro-lector?
Ema Wolf
-No me atrevería a
contestar una pregunta tan amplia y compleja. De momento, como autora, para
mí Internet es sólo una fuente de información -sin duda extraordinaria- para
poder escribir mis libros; la aprovecho, como hace todo el mundo. No siento
una curiosidad indiscriminada. Soy una usuaria interesada en una herramienta
que me facilita mi trabajo. De modo que en mi caso, toda esa tecnología
termina volcándose en libros de papel, igual que en el siglo XIX.
Como lectora, no me veo leyendo novelas en pantalla; ni a mí ni a nadie; al
menos no en forma sostenida. El libro es mucho más anatómico. Cuando la
tecnología invente algo más confortable y funcional que el libro allí
estaré.
L7CM:-
¿Cuáles son tus primeros
recuerdos relacionados con la lectura?
Ema Wolf
-Los dos libros de
Andersen que me compró mi papá, el libro de cuentos de hadas que me hacía
leer mi abuela para que aprendiera italiano –aún lo conservo: "Nel regno
delle fate"-, una biografía de Juana la Loca que me compró mi hermano, y las
novelas de Salgari en el mueble del living que oficiaba de biblioteca. Yo me
convertí en lectora gracias a Salgari, que en mi familia se leía a cualquier
edad, por eso me sigue resultando difícil discriminar entre literatura para
niños y para adultos; fue un romance fulminante que abarcó también a los
barcos y a las travesías por mar.
L7CM:-¿Descubrís
en tu producción literaria alguna relación con estos primeros contactos con
la lectura?
Ema Wolf
-Seguro: los barcos,
los piratas, los largos itinerarios por mar o por tierra, son una constante.
Mi tributo a Salgari fue escribir "La sonada aventura de Ben Malasangüe".
Hice que el pirata fuera italiano y que su historia terminara en la Boca,
donde recalaron tantos inmigrantes de aquel país. Mi familia paterna era
italiana. Crecí rodeada de "tanos". Para mí, todos aquellos libros queridos
llegaron de la mano de esos inmigrantes.
L7CM:- Hablemos un poco de
Literatura infantil. ¿Cómo llegaste a ella?
Ema Wolf
-Por casualidad. Una
vez alguien me pidió que escribiera un cuento para chicos y debe haber
salido bastante bien porque la gente que tenía cerca me alentó a escribir
más. Publiqué mis tres primeros cuentos en la revista "Anteojito" en la
bisagra entre el ’año 75 y el ’76. Me pareció normal, era previsible, yo ya
trabajaba como redactora en revistas.
L7CM:- Algunos críticos ubican
a la Literatura infantil y juvenil entre los géneros menores. ¿Cuál es tu
opinión al respecto?
Ema Wolf
-Me parece que es
menor todo lo que está mal hecho. Y no tengo otro parámetro para medir la
estatura de las cosas. "Las piadosas" de Andahazi siempre me parecerá menor
porque está mal escrito. Las "Historias de Rootabaga", que Sandburg"
escribió para sus hijas pequeñas, es un libro mayor, de una enorme belleza.
Escribir para los niños no es una coartada. Cuando a mí me sale mal un
cuento, no lo puedo justificar, o explicar, diciendo que sólo se trata de un
cuento para niños, Es malo y punto, Lo es para la literatura, y no importa
la edad que puede llegar a tener quien lo reciba.
L7CM:-
Tenés una producción muy
extensa ¿Cuál fue el primer libro o cuento para niños que escribiste? y
¿Cuál es el que más te costó escribir y por qué?
Ema Wolf
-Mi primer cuento se
llamó "Delgadina y el lagartijón tonante". Es aquel cuento que me pidieron.
Nunca lo publiqué. Lo conservo, pero ya no me gusta. El que más me –nos-
costó fue "El turno del escriba" por la cantidad de información que requirió
y la exigencia de encontrar y sostener la voz de un narrador creíble y
compartible haswta el final. De los libros para chicos, el más trabajoso fue
el "Libro de los prodigios", porque si bien los textos son breves, no fue
fácil encontrar cada uno de los asuntos y, además, procesarlo para dar con
una historia.
L7CM:-
¿Cómo los elegís a tus personajes?
Ema Wolf
-No tengo idea. No los
elijo. Aparecen, tienen una personalidad, actúan, se meten en problemas.
Cosas de ellos, bah… Si no están dispuestos a meterse en problemas no puedo
hacer nada por ellos.
L7CM:-¿Cómo son tus hábitos
lectores actualmente? y ¿Te queda tiempo para la lectura en estos días?
Ema Wolf
-Leo de manera tan
desparramada que no sé si a eso se le podría llamar mis "hábitos lectores".
Parte del tiempo se lo llevan los libros que necesito para escribir mis
propios libros, que últimamente, con el "Libro de los Prodigios" y "El turno
del escriba", no fueron pocos. Otra parte se lo llevan los diarios y
suplementos. El resto es para todo lo demás; algunos libros centrales, muy
pocas novedades, y algunas rarezas. A principios de año leí "Patrimonio" de
Philip Roth, "Elizabeth Costello" de Coetzee, "El calígrafo de Voltaire" de
Pablo de Santis" y después vino el premio y, seriamente, no pude leer nada
más.
L7CM:-
Siempre terminamos la
entrevista preguntando ¿Cuáles son tus proyectos, los sueños que te gustaría
concretar en un futuro próximo?
Ema Wolf
-Tengo deseos que
raramente van más allá de un futuro inmediato. Se suceden sin interrupción,
pero todos son de vuelo corto. El más acuciante ahora es volver a tener
tiempo para sentarme y concentrarme en el libro que empezé a escribir el año
pasado.
Profs. Mirta Rodríguez- Viviana Elda Benítez
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