Su vocación de maestro, le llevó a los 16 años a dirigir una
escuelita en el pueblo de Chacabuco y más tarde en
Trenque Lauquen. Sin título oficial, y con métodos muy personales,
impartía una enseñanza que por sobre todo abría un panorama
espiritual en sus alumnos, más que la suma de conocimientos
eruditos.
Por motivos personales debió abandonar el lejano rincón donde
ejercía su profesión de maestro, y se radicó en 1887 en la ciudad de
La Plata, allí trabajó en el diario "Buenos Aires" y luego fue
director del diario "El Pueblo".
Aunque circunstancial, su labor periodística fue intensa y de
lucha, transmitiendo su espíritu a la juventud que participó en los
hechos revolucionarios de la última década del siglo XIX. Muchos
eran entonces los diarios que recogían artículos y versos de
Almafuerte (algunos publicados con otros seudónimos).
En 1894 regresó a la escuelita de Trenque Lauquen, donde fue
dejado cesante por cuestiones políticas en 1896.
A lo largo de su vida, adoptó cinco niños, solitario, generoso,
llevó a una vida de problemas económicos, de permanente pobreza, y
de lucha constante.
Publicó sólo dos libros en su vida, mucha de su obra inédita se
ha perdido, no obstante lo cual fue un poeta popular. En 1910, un
grupo de estudiantes platenses presentó ante la Cámara de Diputados
de la Pcia. de Buenos Aires, un petitorio, en el que se requería que
el Gobierno costeara la impresión de las obras del poeta, dispersas
pero la Cámara no accedió al pedido.
Sus milongas, son de un tono predicativo.
Evangélicas (1915) fue la obra más representativa de su estilo.
Obras principales: Lamentaciones (1906), Poesías (1917), Nuevas
Poesías (1918), Milongas clásicas,
Sonetos
medicinales y Dios te salve. Discursos (1919), Todas publicas
luego de su muerte en el año 1917 en Buenos Aires.
La principal referencia a Almafuerte, sus obras, sus manuscritos,
sus dibujos, se conservan en un museo que lleva su nombre y se
encuentra en la ciudad de La Plata.