Más que una promesa

El 8 de junio de 1938, con aprobación del Congreso, el entonces Presidente de la Nación, Roberto M. Ortiz, promulgó la ley 12361. Esta dispone que el 20 de junio es el Día de la Bandera y lo declara feriado nacional, como homenaje a Manuel Belgrano, su creador  (fallecido el 20 de junio de 1820).

Desde entonces, los alumnos de 4º Grado, le prometen fidelidad en un acto de carácter solemne.

En esta ocasión la Prof. Graciela Monescau nos acerca un cuento para recordar tan emotivo  momento en la vida escolar de los niños.

Esteban vivía con tristeza sus últimos días en su querida escuela, puesto que a su papá lo trasladarían en pocos días a un país lejano.

Sabía que sus compañeros, el día de la bandera, le  prometerían lealtad y él, ese día, se encontraría ya muy lejos de su patria.

Se despidió de sus compañeros, de su  querida señorita Elena, miró el mástil de la escuela por última vez y también se despidió de esa imagen, pero no de su bandera ya que la llevaría con él a cualquier lugar del mundo.

Ya instalado en otro país, Esteban recordó que había llegado el día del acto y con él la promesa de lealtad a la bandera argentina.

Para Esteban la distancia no fue un obstáculo, y quiso estar presente, hizo cálculos  con el cambio de horario  y cuando lo creyó conveniente con el alma gritó:

- “Sí, prometo” , aunque esté lejos te llevo conmigo porque estás en mi corazón. Prometo respetarte toda mi vida y defenderte siempre.

Esteban  paso su infancia lejos de Argentina, pero su sentimiento patrio crecía junto con él y todos ese caudal de pensamiento y sentimiento lo volcaba en su diario íntimo..

Querido diario, pasado mañana cumpliré 16 años y el mejor regalo que podía recibir lo tuve ayer, cuando mamá y papá me dijeron que volveríamos a Argentina muy pronto.

Se cumplió mi sueño. Vuelvo, vuelvo...y quiero ser maestro y trabajar en mi adorada escuela primaria.

Debo escribir una carta a la señorita Elena  y darle la buena noticia.

Y así fue,  Esteban volvió y se dedicó a la docencia y pudo trabajar en la escuela que abandonó cuando cursaba su cuarto grado, pero su maestra Elena ya no  trabajaba  allí.

Esteban preparó muchas veces a sus alumnos para  prometer la bandera y siempre lo hizo  a conciencia.

…“Chicos, es un momento muy especial el que van a vivir. Sentirán que el corazón latirá muy fuerte, que sus padres se emocionarán al verlos y que ella, la bandera, flameará más que orgullosa  en su mástil al escuchar su promesa, porque una promesa es para siempre.”

Después de cada acto a Esteban  le quedaba un sabor amargo:

- Tantas veces preparé alumnos para este acto tan solemne y yo no pude hacerlo junto con mis compañeros en su momento.

Y así pasaron los años, Esteban se casó, tuvo hijos y pasaron tantos años que, finalmente, le llegó la jubilación.

Al enterarse  de  esto sus hijos y, sabiendo lo que le había ocurrido cuando era chico, movieron cielo y tierra hasta encontrar a la señorita Elena  y ponerla al tanto de todo.

Hijo: - Papá siempre nos habló de usted y queremos que lo  acompañe  en este  momento tan especial

Elena:- Quédense tranquilos  yo sé lo que tengo que hacer, conozco muy bien la historia de su papá.

Hijo: - Le estaremos por siempre agradecidos. Para nuestro padre  la bandera argentina significa muchas cosas.

Hijo:-  Sí, es el esfuerzo y el trabajo, la unión de un país y sus costumbres.

Hijo:- La justicia y la paz, el respeto y el compromiso permanente en cada uno de nuestros actos.

Hijo:- y todo esto nos lo enseñó con la palabra y con el ejemplo.

Elena:- Déjenme a mi

El ultimo día de su carrera aparece en la escuela la señorita Elena . Ya no lucía su larga cabellera negra, pero  su esencia  era la misma.

 Elena:- Esteban , soy ...

Esteban:- señorita Elena...

Luego de un gran abrazo...y de algunas lagrimitas que se escaparon  sin permiso...

Elena:-  Vengo para que  tu deseo se  haga realidad, hoy le vas a prometer lealtad a la bandera como tus compañeros lo hicieron hace  muchos años atrás  en este mismo patio, frente a este mástil y de mi mano.

Esteban: -  aunque no estuve presente ese día hice llegar mi voz con un grito que me salió del alma. Siempre la recordé, siempre la respeté y les enseñé a mis hijos y a cientos de alumnos a quererla con todo su corazón.

No quiero retirarme de la escuela sin antes haberla prometido como corresponde.

Y juntos fueron hacia el mástil y frente la mirada atenta de sus alumnos, compañeros, de su familia y de su señorita, izó la bandera por última vez al son de Aurora y luego junto con su último grupo de  alumnos de cuarto grado, pudo decir.

Sí, prometo

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