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Los juegos
colectivos de los niños se transmiten por tradición oral. Muchos de ellos
combinan distintas coreografías integradas con música. Las conocemos como
Rondas Infantiles. Quién de los adultos no atesora en su memoria alguna
remembranza de sus juegos infantiles, y haber participado en alguna de
ellas.
En su mayoría
han sido originarias de España y se han extendido por Latinoamérica.
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Una lima,
Dos limas,
Tres limas.
Naranja, limón
y mandarina. |
En la casa de
Pinocho
sólo cuentan
hasta ocho.
Uno, dos, tres,
cuatro,
cinco seis,
siete y ocho. |
Antón, Antón,
Antón pirulero,
cada cual, cada cual,
atiende a su juego
y el que y el gue no,
una prenda tendrá. |
Tengo una muñeca
vestida de azul
con su camisita
y su canesú.
La saqué a paseo,
se me constipó,
la tengo en la cama
con mucho dolor.
Esta mañanita
me dijo el doctor
que le dé jarabe
con un tenedor.
Dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis,
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis;
y ocho veinticuatro
y ocho treinta y dos,
ánima vendita
me arrodillo en vos. |
Asumi,
sin moverme,
sin reírme,
sin hablar.
Con un pie,
con el otro,
con una mano,
con la otra.
Al tentenpié,
atrás y adelante,
a la coronita,
al hombrito,
codito,
cadera,
rodilla
y puntera.
A la media vuelta
y a la vuelta entera.
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Al pasar
la barca
me dijo el
barquero:
—Las niñas
bonitas
no pagan
dinero.
—Yo no soy
bonita
ni lo quiero
ser.
Arriba la barca
uno, dos, tres
y al volver la barca
me volvió a decir ,
esta morenita
me ha gustado a mí. |
Cro-cro cantaba la rana,
cro-cro debajo del agua,
cro-cro pasó un caballero,
cro-cro con capa y sombrero,
cro-cro pasó una criada
cro-cro vendiendo ensalada.
|
—Tengo, tengo,
tengo.
—Tú no tienes
nada.
—Tengo tres
ovejas en una cabaña.
Una me da
leche,
otra me da lana
y otra me
mantiene toda la semana. |
Estaba la rana
cantando debajo del agua,
cua cua;
cuando la rana
se puso a cantar,
vino la mosca y
la hizo callar:
Estaban la
mosca a la rana cantando debajo del agua,
cua cua.
Cuando la
mosca se puso a cantar,
vino el ratón
y la hizo callar:
el ratón a la
mosca,
la mosca a la
rana
cua cua.
Cuando el ratón
se puso a cantar,
vino el gato y
lo hizo callar:
el gato al
ratón
el ratón a la
mosca,
la mosca a la
rana
que estaba
cantando debajo del agua,
cua cua.
Cuando el gato
se puso a cantar,
vino el perro y
lo hizo callar:
el perro al
gato,
el gato al
ratón,
el ratón a la
mosca,
la mosca a la
rana
que estaba
cantando debajo del agua,
cua cua.
Cuando el perro
se puso a cantar,
vino el hombre
y le hizo callar:
el hombre al
perro,
el perro al
gato,
el gato al
ratón,
el ratón a la
mosca,
la mosca a la
rana
que estaba
cantando debajo del agua,
cua cua.
Cuando el
hombre se puso a cantar,
vino la suegra
y le hizo callar:
la suegra al
hombre,
el hombre al
perro,
el perro al
gato,
el gato al
ratón,
el ratón a la
mosca,
la mosca a la
rana
que estaba
cantando debajo del agua,
cua cua.
Cuando la
suegra se puso a cantar,
¡Ni el mismo
Diablo la hizo callar! |
Papá, mamá,
Pablito me quiere pegar.
—¿Por qué?
—Por na, por una cosita que no vale na:
por un pimiento,
por un tomate,
por una onza
de chocolate.
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Se me ha perdido una niña,
cataplín, cataplín, cataplero,
se me ha perdido una niña
en el fondo del jardín. |
La Farolera
tropezó
y en la calle se cayó
y al pasar por un cuartel
se enamoró de un coronel.
Alcen las
banderas
para que pase la Farolera.
Ponga la escalera
y encienda el farol.
Después de
encendido
se puso a contar
y todas las cuentas
salieron cabal.
Dos y dos son
cuatro,
cuatro y dos son seis,
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis,
y ocho veinticuatro,
y ocho treinta y dos.
Ay, niña bendita,
me arrodillo en vos. |
-Buenos días,
su señoría.
-Mantantiru-Liru-Lá!
-¿Qué quería su señoría?
-Mantantiru-Liru-Lá!
-Yo quería una de sus hijas,
-Mantantiru-Liru-Lá!
-¿Cuál quería su señoría?
-Mantantiru-Liru-Lá!
-Yo quería la más bonita,
-Mantantiru-Liru-Lá!
¿Y qué oficio le pondremos?
-Mantantiru-Liru-Lá!
-Le pondremos de modista,
-Mantantiru-Liru-Lá!
-Ese oficio no le agrada,
-Mantantiru-Liru-Lá!
-Le podremos de pianista,
-Mantantiru-Liru-Lá!
-Ese oficio no le agrada.
-Mantantiru-Liru-Lá!
-Le pondremos de cocinera.
-Mantantiru-Liru-Lá!
-Ese oficio no le agrada.
-Mantantiru-Liru-Lá!
-Le pondremos
de princesa
-Mantantiru-Liru-Lá!
-Ese oficio si le agrada.
-Mantantiru-Liru-Lá!
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Sobre el puente
de Avignón
todos bailan y yo también,
hacen así...
así las lavanderas.
Sobre el puente
de Avignón
todos bailan y yo también,
hacen así ...
así las planchadoras.
Sobre el puente
de Avignón
todos bailan y yo también,
hacen así...
así los militares.
Sobre el puente
de Avignón
todos bailan y yo también,
hacen así...
Así las cocineras.
Sobre el puente
de Avignón
todos bailan y yo también,
hacen así...
así me gusta a mí.
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Mambrú se fue a
la guerra,
¡qué dolor, qué dolor, qué pena!
Mambrú se fue a la guerra,
no sé cuándo vendrá.
¡Ah, ah, ah,
ah, ah, ah!
No sé cuándo
vendrá.
¿Vendrá para la
Pascua?
¡Qué dolor, qué dolor, qué pena!
¿Vendrá para la Pascua
o por la Trinidad?
¡Ah, ah, ah,
ah, ah, ah!
O por la Trinidad.
La Trinidad se
pasa,
¡qué dolor, qué dolor qué pena!
La Trinidad se pasa,
Mambrú no vuelve más.
Por allí viene
un paje,
¡qué dolor, qué dolor, qué pena!
Por allí viene
un paje,
¿Qué noticias traerá?
¡Ah, ah, ah, ah, ah, ah!
¿Qué noticias traerá?
-Las noticias que traigo,
¡qué dolor, qué dolor, qué pena!
-Las noticias que traigo,
¡dan ganas de llorar!
¡Ah, ah, ah,
ah, ah, ah!
Dan ganas de llorar!
Mambrú ha
muerto en guerra.
¡Qué dolor, qué dolor, qué pena!
Mambrú ha muerto en guerra,
y yo le fui a enterrar.
¡Ah, ah, ah,
ah, ah, ah!
Y yo le fui a enterrar!
Con cuatro
oficiales
¡qué dolor, qué dolor, qué pena!
Con cuatro oficiales
y un cura sacristán.
¡Ah, ah, ah,
ah, ah, ah!
Y un cura sacristán.
Encima de la
tumba
¡qué dolor, qué dolor, qué pena!
Encima de la tumba
los pajaritos van,
¡Ah, ah, ah,
ah, ah, ah!
Los pajaritos van,
cantando el pío, pío,
¡Ah, ah, ah, ah, ah, ah!
Cantando el pío, pío
el pío, pío, pa. |
La farola del
palacio se esta muriendo de risa
de ver a los estudianes con corbata y sin camisa.
Hay chumba caraca chumba
hay chumba y olé
hay chumba caraca chumba
que bonita es usted.
Gracias María Lorena
Yepes |
Dicen que Santa Teresa cura a los
enamorados
Santa Teresa es muy buena pero a mi no me ha curado
Hay chumba caraca chumba
hay chumba y olé
hay chumba caraca chumba
que bonita es usted.
Gracias María Lorena
Yepes |
El trencito corre
corre sin cesar
va tan ligerito
que se olvida de parar.
Toca la campana
llega a la estación
todas las mañanas
va cantano esta canción.
Chucu chucu chucu
chucu chucu cha.
chucu chucu chucu
chucu chucu
chucu cha.
Gracias María Lorena
Yepes |
Entre San Juan y San Pedro
hicieron un barco de oro
el barco era de oro
y sus navíos de acero
Una noche muy oscura
cayó un marinero al agua
se le presentó el demonio
diciéndole estas palabras
que me darás marinero
si yo te saco del agua
- yo te daré mis navíos
y mi oro y mi plata
- yo no quiero tus navíos
ni tu oro ni tu plata
yo quiero que cuando mueras
a mi me entregues el alma
- el alma la entrego a Dios
el cuerpo al agua salada
y mi mujer y mis hijos
a la virgen soberana.
Gracias Juana La
Rosa
|
Un
marinerito me tiró un papel
a
ver si queria casarme con él,
tanto que insistía con ese papel
hasta que mamita lo llegó a saber
-
dime chiquitita, dime la verdad
si
con ese hombre te vas a casar
.
no, no, mamita no, no no papá
Rota la galera, roto el pantalón,
rota la levita de ese compadrón.
chon chon
Gracias Juana La
Rosa
|
La manzana colorada se reía de la
papa porque estaba escondida y tenía feo color.
La papa escondidita, asomó su
cabecita y le dijo no me importa porque tengo buen sabor.
Gracias Yesenia
Ventura Tavarez
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