ISSN 1668-4982

RNPI 336307

Boletín mensual dedicado

a la  Lectura, la Literatura Infantil y la Educación

Año 3 – Nº 10 -  Marzo 2007

 

 

 Editorial:

 

Artículo del día:

"Las raíces comunes en los cuentos Indoeuropeos"

 

Libro recomendado:

El mágico mundo de los Magoc

Entre palabras y líneas

Entrevista con la escritora Iris Rivera

Tablón de Anuncios

 

Sala de Trabajo

 

 

 

Correo Express

En la WEB

 

 

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Diseño y Diagramación del boletín

Viviana Elda Benítez, Mirta Rodríguez

 

 

 

Las notas firmadas expresan ideas y opiniones que son responsabilidad de los firmantes y que no representan necesariamente las ideas y opiniones de Siete Calderos Mágicos

 

 Editorial:

 

En un año en el que los números parecen signar nuestro trabajo, nos enorgullece y emociona contarles  que nuestro  sitio Web durante el pasado mes de febrero, superó el millón de visitantes.

Esto es un logro y nos condiciona a seguir brindando lo mejor, por que gracias a Ustedes, a vuestro apoyo incondicional y a la difusión que  permanentemente  hacen de nuestro trabajo, podemos continuar con nuestro objetivo de ser mediadores de lectura y contagiar los valores del Libro, la Lectura, la Literatura y la Educación.

Otra gran noticia que nos llena de orgullo, nos alegra y nos da más impulso para continuar en el camino propuesto es que el Ministerio de Cultura, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ha concedido el Auspicio a nuestro sitio web, reconociendo nuestra labor a favor de la difusión de la cultura. Pronto nuestro sitio tendrá el logo y la resolución del auspicio para que todos ustedes puedan informarse. Otro logro que compartido con ustedes.  

Este mes presentamos un artículo de nuestro entrañable amigo, Antonio Rodríguez Almodóvar. El texto resume una  conferencia pronunciada por Antonio en la Feria del Libro de Calcuta, el día 27 de Enero de 2006. en el que hace un estudio sobre los cuentos folklóricos.

Por último, compartimos nuestro reportaje del mes con la escritora Iris Rivera y como siempre una actividad para llevar a cabo con los niños en el ámbito escolar.

Esperamos que disfruten de una nueva entrega

 

Hasta la próxima…

 

 

 

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Artículo del día:   

 

 

LAS RAÍCES COMUNES DE LOS CUENTOS INDOEUROPEOS

 

 Por Antonio Rodríguez Almodóvar*

 

Las literaturas folclóricas, y en especial los cuentos de tradición oral, son una huella elocuente de cómo muchos pueblos, en tiempos remotos,  desarrollaron un intenso diálogo intercultural, hoy prácticamente perdido. Ese diálogo se dio por encima de toda clase de fronteras, y fue más allá de las etnias, las lenguas, las religiones,  e incluso de las culturas oficiales escritas. Los pueblos, en sus relaciones directas, habrían demostrado de esta forma ser capaces de construir un fondo de entendimiento común, que sólo la presión de las ideologías, los intereses sacerdotales y el poder belicista han estado a punto de destruir por completo. Por suerte, quedan numerosos vestigios de ese diálogo en todo el mundo, y principalmente en la amplia zona que se debe a una misma base indoeuropea, como para poder reconstruir la esperanza, al menos, de una nueva época de intercambio pacífico entre culturas. Lo que se hizo una vez, ¿por qué no otra?

Numerosos cuentos, desde la India a la Península Ibérica, los países eslavos, mediterráneos, germánicos, nórdicos y posteriormente América,  comparten unas mismas raíces. Como exponente de esa vastedad podría servir el hecho de que   La princesa del guisante, de H. C. Andersen, recoge el mismo motivo de otro cuento hindú, que aparece en la colección sánscrita de Somadeva (siglo III. d. C.),  donde tres hermanos muy sensibles han de conquistar el favor de un rey. Como de costumbre, gana el menor, que se despierta de noche sobre un lecho de siete mullidos colchones, porque no puede soportar la presión que ejerce sobre su espalda un pelo que hay debajo del último.

Esas raíces no son sólo formales, sino que  poseen mensajes civilizadores también comunes, que es posible rastrear a través de una auténtica maraña de historias, un verdadero bosque de cuentos. La mayoría de esos mensajes remiten a fundamentos arcaicos de la sociedad agraria: la prohibición del incesto, el culto a los antepasados como forma primaria de la religión -por consiguiente, el valor trascendente de lo humano-; y los ritos de iniciación para pasar de la infancia a la edad adulta. Entremedias, otros muchos sentidos derivados se van entrelazando: el rechazo del rapto y de la violación y, por contra, el reconocimiento de la fuerza emancipadora del amor, frente a los matrimonios obligados; el intento de las clases dominantes de perpetuar su poder a través de la herencia material y biológica; el miedo, consecuente, a no tener hijos, lo que da forma a numerosos relatos en torno a la fecundidad;  la propia  formación de la mente infantil, a través de los cuentos repetitivos y encadenados (imaginación constructiva); y los valores sociales de la justicia, en los relatos que critican el poder, si bien la mayoría de estos casi nunca pasaron a la estampa en las culturas derivadas del indoeuropeo. El dominio del lenguaje escrito por parte de escribas y clérigos al servicio del poder, lo impidió. Como también impidió que circularan otros cuentos de la tertulia campesina que se ocupaban de castigar el poder de los hombres sobre las mujeres, permitiendo que sólo pasaran a la escritura los cuentos misóginos.

Un caso claro de este importante asunto es el de La olla rota, del Panchatantra, en que un estudiante pobre, hijo de un brahman, cuelga de una pared la olla en la que guarda la harina de arroz que consigue mendigando. Durante toda la  noche fantasea con las ganancias acumulativas que sacará a su tesoro (como en La Lechera), y hasta llega a imaginar las palizas que le dará a su esposa cuando se descuide en sus obligaciones hogareñas. En un ejercicio anticipado de este apaleamiento, esgrime un bastón en el aire y, sin querer, golpea la olla, la rompe y toda la harina cae sobre su cabeza. En España, el cuento de La niña que riega las albahacas (que se recoge en numerosas tradiciones occidentales derivadas de aquel viejo tronco), ejemplifica también el castigo a un poderoso príncipe acostumbrado a abusar de doncellas humildes. Pero ni uno ni otro cuento pasaron a la tradición culta europea.      

De aquel origen común tan intenso, sin embargo, no es mucho lo que se sabe. La teoría de V. Propp, la más plausible hasta ahora, lo atribuye  a la etapa en que la humanidad sale del bosque de recolectores-cazadores y descubre el desconcertante poder de la agricultura, esto es, el Bajo Neolítico. De las enormes contradicciones que tienen lugar en ese cambio revolucionario surgen los cuentos maravillosos. Principalmente, de las contradicciones en torno a la propiedad de la tierra, que divide a la sociedad, antes homogénea, en poseedores y desposeídos; nobles y guerreros por un lado, campesinos y esclavos por otro. En medio, los sacerdotes, que tratan de justificar esa nueva sociedad y resolver los conflictos que se dan dentro de ella, con la ayuda de los dioses, pero también del conflicto entre dioses y mortales, con variadas soluciones. Las más antiguas de éstas, curiosamente, dan resultado favorable a los humanos, como en el cuento de la princesa Damayanti, del Mahabharata (siglo V a. C.) que rechaza hasta cuatro dioses y prefiere casarse con Nala, un mortal. En Occidente ese tema está alojado principalmente en Blancaflor, la hija del Diablo.

       La relación interna entre los cuentos de ese sustrato compartido ha sido muy bien estudiada por otros investigadores, como el filólogo e historiador francés Georges Dumézil en Mito y epopeya. Cabría destacar aquí, entre los muchos relatos que estudia, el de Ulises, representado en el Mahabharata por la historia de Arjuna, quien disfrazado de asceta ha de demostrar una fuerza extraordinaria, también con un arco, con el que pone en fuga a sus enemigos. Curiosamente, un motivo semejante aparece en uno de los cuentos de tradición oral más antiguos del mundo, el de Juan el Oso, que aún hemos podido recoger en  nuestros días en versiones orales,  trasmitidas por campesinos andaluces que no sabían leer ni escribir. Como índice de la importancia de este cuento popular, consideremos que el propio Cervantes lo llevó a la famosa aventura de “La Cueva de Montesinos”, si bien esto ha pasado desapercibido para la mayoría de los cervantistas que han estudiado el episodio,  lo que da una idea, también, de la enorme distancia que todavía media entre cultura ilustrada y cultura tradicional.

       Entre otros muchos cuentos de ese origen común, en la India y en Europa, especialmente significativo es el caso de El príncipe encantado, que posee numerosísimas variantes en toda esa zona del mundo (el índice de Thompson registra más de sesenta referencias). En todas ellas, bajo distintas apariencias, vibra esta fascinante narración,  que ha llegado a configurar el mito relativamente moderno de La bella y la bestia. Pero antes pasó por la mitología clásica (Ovidio, Amor y Psique y Apuleyo, El asno de oro).  La forma andaluza narra la historia de un pobre jornalero que tiene tres hijas muy guapas y ha de ofrecer una de ellas para el desencantamiento de un prícipe-lagarto.  La más pequeña, por amor al padre,  acepta el reto, acude al castillo maravilloso y se entrega por las noches al monstruo, en plena oscuridad, una vez que este se ha despojado de su piel de reptil. Así es como se enamora de él. Las hermanas envidiosas consiguen que la heroína les revele, valiéndose de una lamparilla, quién es su enamorado, contra una prohibición expresa; por lo que la muchacha ha de cumplir un castigo terrible: gastar siete pares de zapatos de hierro, llevando en brazos a un hijo que han tenido,  hasta encontrarse de nuevo, y felizmente,  al otro lado del mundo.

       La primera versión oriental conocida se vislumbra en el  Rig Veda (esto es,  hace unos 3.500 años); también aparece en el Panchatantra,   en el Somadeva y en el Satapatha Brahmana. En este último, se cuenta cómo la nifa Urvasi se enamora de Pururavas, un mortal. Al casarse con él le prohíbe que se deje ver por ella desnudo y así viven felices muchos años. Pero los dioses creen que ya la ninfa  ha permanecido mucho tiempo entre los humanos y deciden apartarla del mundo y de su marido. En su protesta, Pururava se deja ver desnudo, gracias a la luz que producen los enviados de los dioses. Urvasi lo castiga y le pone como prueba que se reúna con él en un castillo encantado, donde tendrán un hijo y los dioses le otorgarán el don de ser como ellos, inmortal. Y así sucede.

       Son evidentes las concomitancias y las diferencias de las dos variantes, la oriental y la occidental. Pero  interesa subrayar la diferencia de sentido. En la forma occidental oral, la relación entre una diosa y un mortal ha sido cambiada por otra entre un príncipe encantado y una pobre campesina; en el mito clásico, entre un dios y una mortal. Este parece así haber actuado de puente entre las versiones orientales y las occidentales. Pero se trata de un espejismo. En mi opinión, lo que sucede es que, al pasar de lo oral a lo escrito, tanto en la India como en Grecia y Roma, se produce un auténtico cambio de sentido del relato prehistórico que, proverbialmente, se mantuvo en las tradiciones campesinas europeas. A partir del mensaje civilizador que reconoce la fuerza del amor para liberar a alguien de sus ataduras, el cambio  operó en las formas cultas a favor del valor superior de lo divino, mientras que en la formas populares, orales, mantuvo contra viento y marea que la felicidad también es posible entre los humanos, y justamente al contrario que en la otra, desde el impulso de una clase inferior sobre otra superior. La diferencia es tan notable que pone en cuestión muchas cosas. Tantas, que se explica por qué la cultura oficial lleva siglos esquivándolas.

 

 Antonio Rodríguez Almodóvar

 *Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2005.

Este texto resume la conferencia pronunciada en la Feria del Libro de Calcuta, el día 27 de Enero de 2006.

Agradecemos gentilmente a Antonio por habernos enviado tan maravilloso trabajo.

Para conocer más del escritor visita nuestra entra en nuestra web en la sección autores. www.7calderosmagicos.com.ar  

 

 

 

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El libro recomendado:

 

 

El mágico mundo de los MAGOS

Autor: Máximo Morales

Ilustraciones: Fernando Molinari

Editorial: Ediciones Continente

Año 2006


 

 

 

"¿Qué son los magos y dónde viven? ¿Cuáles son sus poderes? ¿Cuántos tipos de magos existe? ¿Qué fines persiguen? ¿Que utilizan para hacer sus hechizos? Se abre para nosotros una nueva puerta hacia el mundo de lo fantástico, esta vez para develarnos los misterios de la magia y sus protagonistas: hechiceros, shamanes, nigromantes, druidas, invocadores, sus secretos y recetas.Recorre estas páginas y descubre en sus relatos la fascinante historia de los más grandes magos de todos los tiempos.Encuéntrate en cada ilustración con el misterio y el poder de estos maravillosos seres." (Texto extraído de la contratapa del libro)

“Había una vez”, es la clave que permite el acceso a un mundo encantador y misterioso, ampliamente difundido en la literatura, se trata de un mundo de ilusión y fantasía, en el que conviven finales felices, hechizos, monstruos, hadas, duendes y por supuesto magos.

Los magos, dueños de una amplia potencialidad, y capaces de dominar los "fuegos de la fragua del destino" han acompañado al hombre desde siempre. Ser mago implica ser sabio, manejar un conocimiento superior y también la capacidad para mantener un secreto. Ningún mago revela sus descubrimientos. Adentrarse en los laberintos de la magia es un trabajo permanente de superación personal.

Existen distintas clases de magos. Hay alquimistas, druidas, hechiceros, shamanes, encantadores. Transitan distintos escenarios, tienen distintas moradas y por supuesto, dominan distintos elementos.

El texto en la frontera entre lo informativo y lo narrativo,  permitirá conocer los secretos, descubrir elixires, palabras mágicas, amuletos y talismanes y adentrarnos por recorridos en los que la magia y misterio transforman la realidad convirtiendo todo en posible y creíble.

El libro se complementa maravillosamente con imágenes capaces de emocionar y contribuir al encantamiento por el cual el lector como atrapado en un hechizo se verá obligado a leer y seguir leyendo. 

Recomendada a partir de los 10 años, en especial para nenas.

 

Prof. Mirta Rodríguez    

 

  

 

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Entre palabras y líneas:

 

 

Nuestra entrevistada del mes es escritora, maestra normal Nacional y profesora en Filosofía y Ciencias de la Educación. A lo largo de sus 28 años de experiencia como docente, realizó numerosas actividades relacionadas con el libro y la lectura. Con nosotros la escritora, Iris Rivera

 

7 Calderos Mágicos: -¿Nos podrás contar tu primer recuerdo relacionado con la literatura?

 

Iris Rivera: -En mi recuerdo hay un encuentro especial con las palabras. Pero no en los libros, sino en el aire.  Las palabras sonando, y muy especialmente en las canciones. Los adultos de mi casa eran gente de andar cantando. Zarzuelas, chacareras, tangos, cantos de iglesia (mi abuelo había querido ser cura, pero se arrepintió). Contaban historias esas canciones… Algunas eran tristes; otras daban miedo; otras, risa. Los grandes de mi casa eran gente de cantar, y también de contar, y también de jugar. Eran gente de hablar con los chicos.

 

7 Calderos Mágicos: -Cuando eras chica ¿Qué relación tenías con la lectura?

 

Iris Rivera: -Leía los mismos libros muchas veces. Pero no los libros de la escuela. En mi casa había otros libros y ésos me gustaba leer. Mi mamá y mis abuelos maternos se sabían de memoria versos que después yo encontraba en los libros. O me contaban cuentos que, después, venía a resultar que los habían sacado de un libro. También era común que me regalaran libros. No puedo decir que la lectura fuera el centro de mi existencia… pero leer era tan habitual como jugar. De chica, mis ganas pasaban por jugar, cantar, dibujar, escribir y leer.

 

 

7 Calderos Mágicos: -¿Qué títulos y qué autores, asociás a tu infancia?

 

Iris Rivera: -Blancanieves, La bella durmiente, El gato con botas, Cenicienta, Alí Babá y los cuarenta ladrones, Mujercitas de Louisa M. Alcott que leí cientos de veces imaginándome que yo era Jo. Las aventuras de Tom Sawyer donde comprendí la importancia de que el personaje protagónico de tu novela quede huérfano. La vuelta al mundo en ochenta días y Un capitán de 15 años de Julio Verne donde vi por primera vez la palabra entomólogo.

 

7 Calderos Mágicos: -¿Qué es para vos un libro?

 

Iris Rivera: -Si me falta un libro, tengo mis necesidades básicas insatisfechas. Ando intranquila (pucha! me olvidé el libro). De chica pensaba que, en los libros, iba a encontrar la explicación de todo, pero de todo-todo. Es que a los humanos nos ponen en la vida con entendimiento, pero sin  entender. Uno lo tiene al entendimiento y bueno, qué va a hacer, lo quiere usar. Por eso andamos siempre buscando pistas los humanos. O a mí me parece que hacemos eso. Las pistas las podemos encontrar en cualquier lado, no solo en los libros, eso lo fui sabiendo. Pero conservo la ilusión de que los libros saben. En cualquier lado, cualquier persona puede tener la punta de algún ovillo y puede darse que la comparta con vos. Por eso soy de escuchar. Pero también digo: esa gente que escribe libros, algún motivo ha de tener. Será que saben o sospechan algo. Por eso soy de leer.

No siempre me deslumbra lo que escucho ni lo que leo, pero a veces sí. Por eso sigo escuchando. Y leyendo. 

 

7 Calderos Mágicos: -¿Te imaginás un mundo sin libros?

 

Iris Rivera: -Me lo imagino porque los libros son apenas uno de los soportes de la escritura. Un mundo sin libros sería, eso sí, muy poco hospitalario para las personas como yo. Pero puedo imaginar un mundo sin libros y también sin escritura y hasta sin palabras lo puedo imaginar. En ese mundo que imagino, el humano va camino de ser un verdadero bípedo implume, como decían los griegos. En ese mundo caminamos en dos patas, emitimos sonidos inarticulados y gesticulamos. Pero ninguno de nosotros vuela… debido a la falta de plumas, seguramente. Y de palabras. 

 

7 Calderos Mágicos: -¿Cómo y desde cuándo te insertás en la literatura infantil y juvenil?

 

Iris Rivera: -Las palabras, lo que dicen, lo que callan, lo que insinúan, lo que ocultan, todo eso me atrae. Y también me atraen las personas que están creciendo; entre ellas, los chicos. Cuando empecé a trabajar como maestra, empecé también a leer lo que se publicaba para chicos en el país. Javier Villafañe me deslumbró. Está bueno eso de insertarse en cualquier ámbito a partir del deslumbramiento y de la lectura. Esas son cosas que, en mi persona, desembocan en escritura. Así que escribía. Una vez le acerqué unos cuentos a Elsa Bornemann durante una charla que dio para chicos de varias escuelas. Ella dijo que esos cuentos tenían futuro. Me puse muy contenta, sin caer en la cuenta de lo que esa frase escondía: esos cuentos que tenían futuro, lo que no tenían… era presente. A veces no conviene caer en la cuenta de todo, me parece, porque seguí escribiendo.

Un librero, Don José, que se negaba a vender los libros que no le gustaban, insistía en traerme información sobre concursos. Participé en el primero que organizaron “Los duendes”, una comisión de docentes jubiladas de Alte. Brown. Y fue con suerte. Allá por los años ’80 se hizo la primera Feria del Libro Infantil y Juvenil en Bs. As. Y fui derecho a preguntar por Graciela Montes porque sus libros me abrían la cabeza. Me dieron un teléfono y la llamé. Ella aceptó recibir algunos originales, los leyó y me invitó a conversar.

 

7 Calderos Mágicos: -¿Cuál fue tu primer libro? ¿Cómo nació?

 

Iris Rivera: -Graciela Montes, una mañana que no olvidaré, me ofreció asiento y me habló sobre cuentos generosos, esos que dejan espacio al lector. Por oposición, habló también de cuentos con “bajada de línea”, esos que invitan al lector a agarrarse de la única línea que bajan. Yo la escuchaba. Antes de despedirnos me regaló su libro “El corral de la infancia” y… me devolvió los originales.

Desde El corral de la infancia, Graciela me siguió hablando de que, cuando un autor promete contar una historia y luego usa la historia para transmitir un mensaje… pisó el palito.

Así entendí lo que me deslumbraba de Javier Villafañe y de muchos otros autores, incluída Graciela misma. Volví a mis historias y fui sacando, uno por uno, todos los palitos que había pisado. Cuando se las mostré de nuevo, ella editó mi primer libro, Historias de no creer, en la editorial Libros del Quirquincho.

 

 

7 Calderos Mágicos: -¿Cómo nace un cuento infantil de Iris Rivera?

 

Iris Rivera: -Infantil o no infantil, los cuentos nacen de andar viviendo. Pongo el ejemplo de “Los viejitos de la casa” porque recuerdo bien cómo nació. Mi abuela tenía una “casita del tiempo” que  me mantuvo la infancia intrigada. Dicho así, prosaicamente, esa extraña casita de dos puertas era un barómetro y pronosticaba el tiempo. La habitaban un viejito y una vieja que tenían la estatura de un dedal. Los viejos podían salir o entrar. Cuando estaba afuera la vieja, era señal de buen tiempo. Cuando estaba afuera el viejo, señal de lluvia o tormenta. Prosaicamente era eso, pero siempre que él estaba afuera, ella estaba adentro y viceversa. Así que, poéticamente ¿qué pasaba con esos viejos? ¿no se encontraban nunca? De esa pregunta de la infancia empezó a crecer la historia. Empezó sin saber cómo iba a seguir ni adónde iba a ir a parar. Y acá interrumpo la respuesta porque me preguntaste cómo nace un cuento. Si me hubieras preguntado cómo crece tendría que seguir contándote.

 

 

7 Calderos Mágicos: -¿Qué autores han influido en tu producción literaria? ¿Existen otras influencias de carácter extraliterario? 

 

Iris Rivera: -Nombro en primer término a Laura Devetach porque asistí durante años a uno de sus grupos de taller. Laura transmitía tantísimas cosas en esos encuentros, pero ya se sabe que cada alumno toma del maestro lo que puede, lo que quiere, lo que le da el cuero tomar. Entonces yo digo que a mí, Laura y el grupo me enseñaron a leer. Antes de conocer a Laura, yo pensaba que sabía leer… pero no, Laura y el grupo me enseñaron. Y ya leí distinto a los autores que admiraba: Javier Villafañe, Graciela Montes, Ema Wolf, Laura misma, Graciela Cabal, Gustavo Roldán, y tantos otros.

Como influencia extra-literaria puedo mencionar a mi abuelo. Él vivió tanto que tenía más años de jubilado que de aportes a la caja de jubilaciones (así decía). Siempre lo conocí jubilado, pero nunca ocioso. El abuelo arreglaba todo lo que se descomponía. Pasaba muchas horas en el galpón trajinando con las herramientas. ¿Qué estás haciendo, abuelo?, le preguntábamos mi hermano y yo. Él, por toda respuesta, decía: “Ya lo verás…” Y con ese “ya lo verás” era capaz de tenernos todo el día tratando de saber qué hacía. La verdad es que la estrategia del abuelo está muy buena cuando se trata de narrar. Hago que el lector piense: ¿qué está pasando? ¿Qué diablos está pasando en esta historia? Y cuento la historia como respondiendo: ya lo verás…

 

7 Calderos Mágicos: -¿Cómo te las arreglás para escribir, en medio de tantas obligaciones en la casa y el trabajo?

 

Iris Rivera: -Siempre que busco tiempo para escribir, veo que no lo tengo. Entonces lo robo. Le robo tiempo a los “deberes” en beneficio de los “quereres”. Todo empezó hace muchos años, un día en que estaba barriendo el piso de la cocina cuando me asaltó la real gana de escribir. Me debatí entre el escobillón y la birome durante un largo rato hasta que al fin lo hice: puse en penitencia al escobillón. Había que ver los reclamos que me hacía, erguido contra la pared. Pero no pudo conmoverme.

 

7 Calderos Mágicos: -¿Crees que existe una literatura femenina? ¿Cuál es, en tu opinión, la diferencia esencial entre la literatura producida por mujeres y la escrita por hombres?

 

Iris Rivera: -Me parece que la literatura habla de la condición humana, se mete con eso y lo explora desde todas las ópticas posibles. Te va a sonar a chiste, pero para mí, la diferencia esencial entre la literatura producida por mujeres y la escrita por hombres es que… ambas son literatura.

 

7 Calderos Mágicos: -¿Te parece que frente al uso permanente de computadoras y otros accesorios dentro y fuera de la escuela se hará menos frecuente el uso del libro?

 

Iris Rivera: -Yo misma recurro, muchas veces, más a la computadora que a los libros cuando se trata de buscar información. Pero el libro sigue siendo de más fácil acceso que la computadora. Para decirlo en términos de computación: “más amigable con el usuario”. Para decirlo en términos caseros: es de lindo dormirse leyendo y que el libro caiga despanzurrado al piso…

Para la gente de hoy y la de pasado mañana, ojalá hubiera cada vez más acceso a las computadoras. Y a los libros.

7 Calderos Mágicos: -¿Qué estrategias podría incorporar la escuela para intensificar el uso del libro?

 

Iris Rivera: -La madre de todas las estrategias, me parece, es leer con los chicos abriendo el abanico de lecturas posibles. Quiero decir: escuchar la lectura que hace cada uno, por más hereje que parezca, y devolverla al grupo para que la considere: “Qué interesante lo que dijo Juana. Ella dijo que tal cosa y tal otra…” Y esperar a ver qué dice Pedro de lo que Juana dijo.

Lo expreso lo mejor que puedo, pero hay que ver en acción a esta “estrategia madre”. Hay que verla. Y no es otra cosa que permitir que, lo que hace cada lector en la intimidad de su lectura, sea dicho en voz alta. Algo así como “dejar leer”. La estrategia madre de “dejar leer” se lleva muy mal con el típico cuestionario para “hacer leer”.

En el relato de la experiencia con jóvenes drogodependientes que te adjunto, esta estrategia se ve en acción.

 

7 Calderos Mágicos: -¿Cómo te comportás como lector? ¿Cuáles son actualmente tus lecturas preferidas?

 

Iris Rivera: -Leo a mi gusto y placer. Leo varios libros a la vez, leo salteado, releo mucho. Leo y subrayo.

Leo cosas sesudas y leo pavadas. Leo chistes y novelas. Leo teoría. Leo poesía. Leo a ratos cortos y a cada rato. Leo diarios y otras cosas que no son literatura. Las últimas lecturas literarias que me deslumbraron fueron la saga de los Confines de Liliana Bodoc, El último encuentro de Sándor Márai, El abanico de seda de Lisa See y Poéticas del vacío de Hugo Mujica.

 

 

7 Calderos Mágicos: -Mantenés contacto fluido con tus lectores y con los niños y jóvenes, incluso adultos que asisten a tus talleres literarios. ¿Cómo te relacionás con ellos?

 

Iris Rivera: -Me parece que, cuando lo que convoca son las personas y las palabras, el encuentro se produce y el diálogo fluye. Se genera un clima donde todo se puede decir porque lo que se diga es atendible e interesa. Tal vez lo podría expresar en palabras de Huilén, integrante del taller de adolescentes. Huilén dijo: “el taller es como un invernadero, todas las plantas brotan”.  Además tomamos café o té o mate o jugo… y comemos galletitas.

 

7 Calderos Mágicos: -Es común que terminemos nuestros reportajes preguntando a los autores por sus sueños,  expectativas e inquietudes para el futuro. ¿Te gustaría compartir un poquito de tus sueños con nosotras?

 

Iris Rivera: -No sé si soy persona de andar soñando. Lo que sí, me doy cuenta de que, cuando estoy despierta, empujo la realidad hacia estos lados de los que estuvimos hablando. La realidad muchas veces se resiste, porque ese es su trabajo. Entonces dejo que también sea su problema. Porque el mío, es empujar.

 

 

Muchas gracias Iris !!!

Mirta Rodríguez- Viviana Elda Benitez

 

 

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*      Sala de Trabajo: 

 

Manos a la historieta

 

En esta oportunidad les proponemos realizar una historieta con un cuento tradicional.

Luego de la lectura de un cuento, se propone a los alumnos realizar las secuencias que componen el relato.

De la cantidad de secuencias, saldrá la cantidad de cuadros con los que contará la historieta.

Una vez que se tienen todas las secuencias se dividirá en grupo a los alumnos y se distribuirá a cada uno de ellos una secuencia para dibujar.

Cada grupo complementará el dibujo con: cuadro de texto, globos con diálogos, onomatopeyas y todo lo que haga falta para transmitir el mensaje del cuento.

Una vez concluida la actividad, se armará un gran libro de historietas, donde los alumnos irán colocando todos los cuentos que realicen a modo de historieta.

 

 

 

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Tablón de anuncios:

 

Talleres Literarios  y Seminarios

Coordina Graciela Repún –

E-mail: grepun@yahoo.com o gbr@fibertel.com.ar

Taller de NARRACIÓN –  "Los chicos no muerden, pero a veces, sí"...

Coordina  Marita von Saltzen

Los lunes de febrero de 18.00 a 20.30.

Informes: 4636-0954 cazapalabras@fibertel.com.ar

Taller de ESCRITURA con orientación en literatura infantil.

Coordina Silvia Schujer.

Para más información dirigirse a sschujer@yahoo.com.ar

Taller Literario “Para adultos que pierden la compostura inventando mundos en sus ratos libres.”

Coordina Iris Rivera en Palermo.

Para mayor información: irisr@uolsinectis.com.ar

Taller de escritura para "escritores" que quieren reflexionar sobre su producción escrita.

 

Coordina Graciela Perriconi

 

Corrección de originales

 

Todos los lunes de 17 a 19 hs. Durante el primer cuatrimestre. 

 

Solicitar entrevista previa al 4637-6312, llamar por la noche.

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Flavia Tomaello 4377-3512

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