Edith Mabel Russo

(Autobiografía)

 

 

 

Soy Mabel, nací en la ciudad de La Plata el 18 de octubre de 1948. Recuerdo que era primavera, que a los pocos días florecieron los tilos y que cierta noche explotaron bellísimos fuegos artificiales. Escuché que alguien comentó que era el aniversario de la ciudad, pero yo sigo pensando que fue para festejar mi nacimiento. Lo mejor de todo es que sigue sucediendo cada año…, tendré que hablar con el intendente para que alguna vez, todo ocurra el mismo día de mi cumpleaños.
De pequeña me gustaba jugar con las muñecas horas y horas. Yo siempre era la mamá de muchos niños .Será por eso que cuando fui grande llegaron a mi vida los de verdad: Leonardo, Sebastián, Fernando, Federico y Luciano (eso sí, dieron un poco más de trabajo que las muñecas)

También me encantaba escaparme al parque Saavedra, que estaba muy cerca de mi casa, y permanecer sentada en un banco observando todo lo que me rodeaba: árboles, caminos, puentecitos de madera, flores, bichos y personas. Claro que no era una simple observación; yo le inventaba historias a todo lo que veía y en un cuaderno especial, anotaba mis cuentos y poesías.

Cuando mi mamá se enteró, se emocionó. Cuando mi papá se enteró me dijo que yo era “una creadora”. Cuando mi hermana se enteró, se rió mucho. Después dejó de reírse porque sabe que ya publiqué más de 300 cuentos y 200 poesías.

A los seis años, tomé la firme decisión de no ir a la escuela porque no me gustaban los números. Pero mi mamá insistió tanto, que tuve que ir. Me esforcé, estudié mucho, fui abandera varias veces y me pusieron en el cuadro de honor. Pero (Shhh! es un secreto), siguen sin gustarme los números y todavía cuento con los dedos.

Lo que sí me gustaba mucho, era contar historias, estar con niños, hacerlos reír y emocionar, disfrutar con ellos. Entonces decidí estudiar para ser maestra, y después de cinco años me recibí (pero seguía contando con los dedos)

Después resolví especializarme en Jardín de Infantes y lo hice. Por suerte en esa carrera no había matemáticas y me recibí con todos los honores.
Pero claro, en todos estos años yo no había dejado de crear y escribir mis cuentos, poesías, canciones, adivinanzas, trabalenguas y demás cosas que no tuvieran números. Fue así que un día, una profesora de literatura del instituto donde obtuve mi título de maestra jardinera, vio mis creaciones y, levantando su mano derecha, apuntándome con su dedo índice y mirándome a los ojos, me dijo: -Mabel, si todo esto lo escondés, si no lo hacés conocer… ¡sos una egoísta!

Y como yo no quería, ni quiero ser egoísta, comencé a publicar y a publicar. Varios libros yo sola y otros tantos más en colaboración con otros autores. Me llamaron para escribir para la revista Anteojito y allí, durante diez años, publiqué un montón de cuentos y poesías. Me comenzaron a llamar de importantes editoriales (Estrada, Kapelusz, Puerto de Palos, Edebe…) para participar en libros de texto y yo, que le sigo inventado historias a los pajaritos y a los bichos que veo pasar, me siento inmensamente feliz.

Como si eso fuera poco, me dieron como treinta premios nacionales e internacionales. La Dirección General de Escuelas y Cultura de la Provincia de Buenos Aires otorgó un especial reconocimiento a mis creaciones que circulan por las escuelas y los jardines de infantes de todo el país.

La Honorable Cámara de Diputados me dio el Premio Mujer Bonaerense destacada en literatura en el año 1996. Ese mismo año, el señor intendente de la ciudad de La Plata (el mismo que sigue prendiendo los fuegos artificiales a destiempo) me otorgó el Premio Mujer Platense en el rubro Literatura.

Los niños me abrazan, me piden que les firme los libros cuando visito sus colegios y las maestras y los padres me felicitan…

En fin, esto de escribir es algo maravilloso ¡cómo iba a imaginarme que esa nena de trenzas que se sentaba en el parque Saavedra para inventar charlas entre dos hormigas, iba a ser conocida fuera de Argentina y, siendo abuela, iba a seguir escribiendo, escribiendo y escribiendo (y contando con los dedos).

 

Autobiografía escrita por la autora para

"7 Calderos Mágicos"
 

 
   

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